Inicio Tiger Vs. Seve: La seducción de dos genios

Tiger Vs. Seve: La seducción de dos genios

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Seve Ballesteros y Tiger Woods
Seve Ballesteros y Tiger Woods

Potencia, habilidad, carácter, genialidad, dominio y por encima de todo, carisma, ese don reservado a los privilegiados que son capaces de atraer y entusiasmar al público. Nadie como Seve y Tiger han tenido esa capacidad de seducción en los campos de golf. Los dos han dominado en su época, han revolucionado el deporte y han supuesto un importante punto de inflexión. Ambos llegaron provistos de una juventud arrolladora, dispuestos a comerse el mundo, convencidos de sus posibilidades y dotados de unas facultades innatas que pronto les separaron del resto. Seve Ballesteros y Tiger Woods son los dos últimos fenómenos del golf. Dos campeones únicos, mágicos. Dos deportistas sin parangón que han hecho las delicias de quienes les han podido seguir.

Tuve la suerte de que mi primer «major» como periodista de golf fuese el Open Británico de Royal Birkdale de 1976 donde Severiano Ballesteros terminó segundo gracias a un golpe genial entre dos bunkers en el hoyo 18 que lo descubrió para el mundo. Seve ya era un ídolo en Europa cuando ganó su primer British en 1979 y fue reconocido mundialmente con su primera chaqueta verde en el Masters de 1980 (también mi primer Masters). Para entonces, sus seguidores en los campos eran ya miles de personas que no querían perderse ninguno de los golpes de magia que era capaz de realizar desde todos los rincones del campo. Su capacidad de escoger y realizar el golpe adecuado en el momento oportuno era su principal seña de identidad. Seve fue un líder y un maestro para su generación a la que llevó a ganar y revalorizar la Ryder Cup. Fue quien situó al golf europeo en el mapa mundial. Y una referencia para todos los que lo han seguido.

Tiger Woods llegó al Masters de 1997 avalado por tres títulos nacionales amateurs y la carta de presentación de su padre que decía que sería el «mejor del mundo». Era un junco cimbreante que le pegaba a la bola con toda su alma y que, a pesar de abrir con 40 golpes en los nueve primeros hoyos, acabó ganando de forma arrolladora, rompiendo todos los récords del torneo. El brillo en los ojos de todos los sirvientes negros del Augusta National reflejaba la emoción y orgullo de toda una raza. Nada sería ya igual desde entonces. Tiger, que siempre tuvo a Seve como referencia, inició su propia revolución dejando a sus rivales sin capacidad de reacción, ganando hasta 14 majors en 11 años, incluido el «Tiger Slam» entre el Open USA de Pebble Beach 2000 donde no tuvo competencia y el Masters de 2001, y cerrando la lista con el US Open de 2008 en Torrey Pines, donde jugó cinco vueltas con una rodilla izquierda completamente rota avanzando por una calles pobladas de una multitud coreando su nombre.

Dicen que Palmer popularizó el golf en Estados Unidos en la era de la televisión y Tiger lo sacó de los «country clubs» en la era digital. Tiger cumple 40 años y todavía sueña con ganar y alcanzar el récord de majors de Nicklaus. Pero hace tiempo que perdió su magia y las últimas operaciones de la espalda le restan muchas posibilidades. Si Seve se dio cuenta de su vulnerabilidad en el Masters de 1986 cuando con el segundo golpe del hoyo 15 de la final se fue al agua, aunque luego todavía ganó su quinto major en el British de 1988, para Tiger la magia se fundió el día de Acción de Gracias de 2009 cuando su exmujer Elin cogió el móvil y descubrió sus infidelidades. Ninguno de los dos volvió a ser lo que fue. Los magos se habían quedado sin capa, sin sombrero y sin la varita mágica con la que tiempo atrás encandilaron al mundo. Nos quedan sin embargo unos maravillosos e imborrables recuerdos.