El Earth course del Jumeirah Golf Estates en Dubai, escenario de la final de la Race to Dubai (Dubai World Championship presented by DP World) es a simple vista un monstruo, más que nada por su longitud, pues sobrepasa los 7.000 metros…
Sin embargo, si no sopla viento del desierto, la amenaza no lo es tanto para los sesenta jugones que el jueves iniciarán el torneo. El año pasado Lee Westwood ganó con un acumulado de -23 y sólo nueve jugadores terminaron la semana por encima del par. El inglés estableció el domingo el récord oficial del campo en 64 golpes, un parcial de -8 muy revelador…
El caso es que el rough no resulta un impedimento excesivo para los pegadores en este recorrido. Y a día de hoy ya pegan casi todos. Está más bien corto, aunque quizá un poco más denso que hace doce meses. Veremos.
No cabe duda de que se trata de un campazo, y que el gran remate de la temporada bien puede celebrarse con un festival de birdies. No obstante, también cabe abrir el debate en la otra dirección: con los mejores jugadores de la Race en concurso, ¿no sería más lógico que la cita final pusiera aún más prueba todas las habilidades de los competidores en un escenario sensiblemente más espinoso? Así pues, nos parece más que legítimo recordar con añoranza las grandes finales en Valderrama con el Volvo Masters…
