Inicio Vivirlo como si fuera la última vez

Vivirlo como si fuera la última vez

Compartir

¿Qué se dicen los dos compañeros de un fourball o un foursome en la Ryder, justo antes de iniciar el paseíllo hacia el tee del hoyo 1? Es posible que no se digan nada. Nada profundo. Que simplemente se animen o crucen una mirada de determinación. Porque todo lo que tiene que ver con el juego, y hasta con los rivales, ha quedado explicado en el vestuario, con el capitán, y los detalles puntuales de la estrategia también están más que atados. Pero es posible que también haya un último mensaje, indicación o lema.

En el caso de Rory McIlroy y Sergio García, durante la pasada Ryder, no hubo consignas especialmente profundas ni diatribas antiamericanas, pero el norirlandés y el español sí repitieron una misma idea justo antes de subirse al tee del 1 en las tres ocasiones que salieron a jugar juntos (fourball y foursome el viernes, un foursome el sábado): «nos decíamos que teníamos que pasárnoslo bien juntos en el campo. Eso es lo que hablábamos… Y algo que nos repetimos siempre: vamos a disfrutar al máximo de este espectáculo único, con toda esa gente que hay ahí», ha explicado Sergio a Tengolf.  Disfrutar, en definitiva, como si fuera la última vez.

Hoy, en el Emirates Golf Club de Dubai, Sergio y McIlroy han vuelto a jugar juntos el Omega Dubai Desert Classic Challenge Match, un partido amistoso por parejas a nueve hoyos, bajo la modalidad Scramble Texas: se elige siempre la mejor bola de la pareja después de cada golpe y desde ahí juegan los dos hasta embocar. Y vaya parejas eran: Stenson-Gallacher, McDowell-Kaymer, Westwood-Fitzpatrick (que sustituyó a Oosthuizen, tocado en el cuello) y McIlroy-García. Mucho más relajado todo que en la Ryder, no hace falta ni decirlo, pero muy divertido a su manera. Al final ha habido un empate a -8 en los nueve hoyos entre Stenson-Gallacher y McIlroy-García, resuelto a favor de los primeros en un hoyo de desempate.

Algún dato curioso. Español y norirlandés habían decidido que siempre sería Sergio quien pegase primero y resulta que McIlroy no tenía que patear hasta el hoyo sexto, el 15 del Emirates (salieron por el 10), porque el español lo embocaba todo. Un putt de un metro en el 10, par 5, otro de tres metros en el 11, uno más de unos seis metros en el 12, otro para eagle en el 13 que había dejado dado el propio García con un hierrazo brutal, uno más de unos cuatro metros en el 14… Rory sonreía y encogía los hombros porque en ese momento marchaban seis abajo en cinco hoyos y su putt ni siquiera había trabajado en un solo green. En fin, tampoco debe darse importancia al dato, más allá de lo anecdótico, puesto que como el propio Sergio indicaba, nada tiene que ver patear con la presión de la competición oficial.