Carlota Ciganda se sintió al fin en la Solheim como en su campo de Ulzama y afloró todo ese golf de alta escuela que lleva dentro. Feliz, muy feliz, radiante tras ganar su punto con Azahara Muñoz. La navarra explica su cambio del viernes al sábado…
«El viernes jugaba mi primer partido en la Solheim y estaba un poco nerviosa. Es genial jugar con Pettersen, es muy sólida, no falla un golpe, un espectáculo y una suerte jugar con ella, pero todo me parecía una locura. Con Azahara he tenido más la sensación de que era un torneo en España o en Europa, más tranquila. Confío en ella y sé que ella confía en mí. Sabíamos que podíamos ganar y sólo nos dijimos, vamos a luchar hasta el final», explica.
Carlota ya guarda como oro en paño en su particular baúl de recuerdos maravillosos el hoyo 18 de los fourball del sábado, igual que Azahara tiene el hoyo 17 de los individuales de Irlanda hace dos años. Son cosas que perduran. «En el hoyo 18 tenía un hierro 7 y sólo pensé en dejarla lo más cerca posible. Tuve suerte con los rebotes y me dejé un putt para ganar que metí. Es maravilloso ganar el punto y hacerlo además junto a Azahara. Me encanta jugar con ella, me encanta ella. Azahara estaba cansada porque había jugado 36 hoyos y, sin embargo, fue increíble lo que hizo, siempre positiva, siempre alegre, me encanta cómo es», explica.
La golfista española sólo piensa en ganar. Es su mentalidad. Ayer, nada más terminar los fourball, estaba desatada: «No estoy muy cómoda con mi juego, pero me dije que había que luchar hasta el final. Me encanta ganar, me encanta Europa y me encanta ganar a las americanas y si podemos ganar de 10 o de 12, mucho mejor».
