Jon Rahm asegura que si en algún momento se le escapó el Masters de Augusta fue en la primera ronda. Se ciñe a los números y lo cierto es que tiene razón. Esos 75 golpes pesaron como una losa a pesar de su extraordinario 14 bajo par en los siguientes 54 hoyos. Sin embargo, la imagen que queda en el gran público es el golpe del hoyo 15, el segundo, el que acabó en el agua cuando estaba a dos golpes de Patrick Reed.
¿Cómo fue la secuencia? ¿Cómo planteó el golpe? ¿Cuál fue la decisión y por qué? ¿En qué pensaron él y su caddie?
Rahm revela los detalles de un golpe que pegó perfecto y al que sólo le quedó medio metro para ser perfecto. Dudaron entre dos palos y dos tiros diferentes…
