Llevaba más de dos meses dándole vueltas en la cabeza. Era un golpe casi imposible, sólo al alcance de unos pocos y en unas condiciones muy concretas. Lo había intentado el miércoles, en las rondas de prácticas. Pero no se había atrevido ni jueves ni viernes, con el torneo ya en curso. Pero llegó el día. Este sábado, durante la tercera ronda del Arnold Palmer Invitational, Bryson DeChambeau ha sacado el driver de la bolsa para dar puro espectáculo.
El hoyo 6 de Bay Hill, un par cinco de algo más de 500 metros, era una auténtica tentación para un pegador de su calibre. Sabía que si en vez de buscar la calle, intentaba sobrevolar el lago apuntando hacia la bandera, podía llegar a alcanzar el green de un solo golpe (más de 320 metros de vuelo). Aunque para ello, además de su descomunal potencia desde el tee, eran necesarias unas condiciones climatológicas muy concretas.
No se habían dado en las primeras dos jornadas de competición, pero hoy, con algo de viento a favor, el ‘científico’ ha obrado la gesta. Nada más acercarse a su bolsa y sacar el driver ya ha conseguido que la gente se volviera loca. Un éxtasis que ha alcanzado cotas insospechadas cuando su latigazo ha conseguido cruzar el lago y llegar prácticamente al green. Un golpazo tremendo de 370 yardas. De locos.
La celebración ha sido igual o mayor que si hubiera hecho un hoyo en uno. Lanto Griffin, su compañero de partido, se ha sumado al ‘subidón’ de DeChambeau después de disfrutar de un golpe de los que muy pocas veces se ven en la gira. Un tiro para el recuerdo que Bryson festejó brazos en alto antes incluso de que la bola llegara a la hierba. Al final sólo ha podido hacer birdie, pero el objetivo que llevaba dos meses planeando lo ha conseguido. Genio.
