Jon Rahm explicó hacer tiempo que nació con el pie derecho zambo. Concretamente, la primera vez que lo contó con pelos y señales fue en el libro ‘Señalado por los dioses’, editado por Ten Golf Books y escrito por David Durán y Alejandro Rodríguez. En esta obra explica perfectamente cómo fue su infancia marcada por esta limitación física que en el fondo, obviamente y en cierto modo, también le fue forjando como persona y deportista. De alguna manera, dotó a Jon de la fiereza competitiva que siempre ha demostrado. Lo explica el propio Jon en el libro con absoluta naturalidad, así como su familia. Sin embargo, hoy ha ido un paso más allá en su comparecencia ante los medios previa al Tour Championship, torneo que arranca el jueves y donde peleará por ganar la FedEx Cup y hacerse con el bonus de 15 millones de dólares que espera al campeón.
Rahm ha sido muy concreto a la hora de relacionar su swing de golf con ese problema de nacimiento. «A ver, no diría que ha sido algo bueno para mi swing. Muy pronto me di cuenta que había cosas que mi cuerpo podía hacer y otras que no. Así que tengo que le swing que tengo por ese problema en el pie. Yo era muy pequeño para saber lo que estaba pasando. Quien dio en la clave fue mi entrenador, Eduardo Celles. Fue él quien se dio cuenta de que siempre sería mejor jugador de golf con un swing de tres cuartos. Él no sabía por qué, pero de alguna manera, cada vez que ponía el palo paralelo al suelo, perdía el equilibrio y no podía pegar recto, cosa que sí podía hacer pegando tres cuartos. A partir de ahí aprendí a generar potencia», explica.
En este sentido, Rahm añade un detalle más muy revelador respecto a la evolución de su swing y, en consecuencia, de su crecimiento como jugador. En este objetivo de generar más potencia con su swing fueron claves sus entrenamientos de pala y cesta punta. «No competía en estos deportes porque los fines de semana era todo golf, pero sí entrenaba y esa técnica me ayudó a mi movimiento de golf. En pala y cesta punta haces el movimiento desde la cadera, algo muy similar a lo que yo hago en mi swing y lo utilizábamos con Eduardo como entrenamiento, como ‘drill'», apunta.
Así las cosas, Rahm explica que no puede llamar a ese pie zambo una desventaja, pero sí que «aquellas pistas que me estaba dando mi cuerpo me ayudaron a saber lo que tenía que hacer y lo que no en mi swing. Muchas personas han intentado eliminar mi muñeca arqueada en mi swing, pero yo siempre me he resistido porque no me siento cómodo si no puedo mover con libertad mis manos. Cuando entendí lo que pedía mi cuerpo me permitió entrenar más los grupos de músculos que más necesito para hacer el swing a mi manera, mejor y de manera más eficiente. Todo empezó con Eduardo Celles, pero no diría que es una ventaja, sino una lección, convertir algo que a priori es negativo pero que no necesariamente es algo malo». Es la superación explicado de la manera más natural posible.
Y con todo esto, Jon es actualmente el Número 1 del mundo y uno de los grandes candidatos a ganar la FedEx Cup. «Está muy clara cuál es la misión esta semana. Salgo a cuatro golpes de Cantlay. No es mucha distancia, hay que recortar uno por día, aunque ya sabemos que en golf una ventaja de cuatro golpes puede durar muy poco. No soy un enamorado del formato de los playoffs, pero prefiero jugar con un marcador, sabiendo lo que hay que hacer para ganar que como era antes», señala.
En cuanto a East Lake, Jon se siente confiado. «Es un campo más difícil que los dos anteriores que hemos jugado. No creo que aquí se vaya a ganar con -27 porque no hay tantas opciones de birdie (es par 70 además). Es un campo para jugar muy bien de tee a green y en este aspecto estoy jugando muy bien. Tengo mucha confianza», afirma.
Respecto a lo que haría si ganara la FedEx y los 15 millones, Rahm explica que «lo ahorraría y lo invertiría de manera responsable. No me compraría nada extravagante. Es un bonus que está fenomenal porque asegura evidentemente que mi familia no va a tener problemas en el futuro, pero ya he dicho muchas veces que no compito por dinero. Por fortuna, he ganado más de lo que jamás pensé que ganaría», sentencia.