La Armada se encuentra en estado de shock en Vilamoura, donde esta semana se disputa el Portugal Masters. No hay palabras. Incredulidad. Muchísimo dolor. Nadie entiende que puedan ocurrir atrocidades así. El asesinato de Celia Barquín ha puesto el corazón en un puño a los jugadores españoles. A Sergio García le cuesta encontrar las frases adecuadas. Nadie está preparado para algo así. El jugador de Borriol atiende a Tengolf con un nudo en la garganta.
Muere asesinada en Iowa la golfista Celia Barquín
Lo único que está claro es que todo lo bueno que ocurra esta semana irá dedicado a Celia. Habrá crespones negros para aquellos golfistas que quieran llevarlo. Éste es el sentir de García, recordando también una bonita foto que se hizo con Celia cuando ella era muy pequeña y él tenía poco más de veinte años. Ya entonces era su ídolo. La familia García ha estado vinculada a los Barquín desde hace tiempo. Un tío de Celia tiene un apartamento muy cerca del Club de Golf del Mediterráneo, la casa deportiva de Sergio, y Víctor García, el padre del jugador de Borriol, dio clases de golf a la cántabra cuando era más pequeña.
