La primera ronda del AT&T Byron Nelson del PGA Tour dejó golpes espectaculares. Aunque, entre todos ellos, tal vez el que llame más la atención sea la increíble recuperación que Jordan Spieth ejecutó desde el rough del hoyo 12 para terminar firmando el birdie. Un golpe ‘imposible’, con su bola embarrada y en una posición complicadísima, que el el texano resolvió con una maestría propia de los genios de este deporte.
Pero antes, mantuvo una interesante discusión con su caddie que él mismo desveló tras su ronda: «Michael pensó que la mejor opción era sacarla a calle y pegar después un wedge para dejarla cerca y tener opción de birdie. Yo, sin embargo, vi un tiro abierto con el híbrido. Pensé que podía llegar a green. La posición de la bola estaba mejor de lo que parecía. Pensaba que podía hacerlo. Tenía hierba alta delante, pero estaba convencido de que no iba a restar mucha distancia. Afortunadamente, me comprometí a tope con el golpe. Sabía que podía ser un desastre, pero fui con todo y dije: ¿Qué tengo que perder? Llevemos esta cosa cerca del green y hagamos un birdie».
«Este tipo de golpes se habla mucho con los caddies. Creo que a él le ayudó cuando le dije: Esto es cosa mía. Te escucho. Conozco el riesgo. Pero voy a hacerlo, es una cosa mía. Creo que a los dos nos gusta mucho cuando estamos comprometidos. Me sentía bien con la posición de la bola y estaba pensando con claridad. Sólo dije: Es cosa mía. Después del golpe lo miré y estaba negando con la cabeza y riendo. Fue genial. Fue un poco afortunado, pero también fue una buena recuperación. Patear para eagle a cuatro metros fue un bonus», explicó Spieth.
