Rory McIlroy se puso delante de los periodistas por primera vez esta semana en el Wells Fargo Championship después de la primera jornada. Vuelta de 68 golpes y bien colocado en la clasificación, a tres golpes del líder Tommy Fleetwood (-6). Un buen día de golf para celebrar su cumpleaños. 34 primaveras lo contemplan. «Lo he celebrado unas once veces en Charlotte, así que estoy acostumbrado. Me siento como si tuviera 24 años, aún queda mucha gasolina en el depósito. Por suerte he jugado bien y no tendrá que pasarme la tarde en el campo de prácticas», explicó.
Obviamente, había mucho interés por conocer su opinión sobre la resolución de las multas del DP World Tour hacia los jugadores de LIV Golf y, especialmente, la decisión adoptada por Sergio García, Lee Westwood e Ian Poulter de renunciar al DP World Tour. O lo que es lo mismo, dejar de formar parte del Circuito y, por tanto, no ser elegibles para la Ryder Cup.
«Creo que es una pena. Estamos hablando del jugador que más puntos ha sumado en la Ryder Cup y otros dos cuya gran parte de su legado está también en la Ryder. Es una pena que no vayan a ser capitanes en el futuro. En cualquier caso, digo lo mismo que el comunicado del Circuito Europeo. Ha sido su decisión y sabía que potencialmente podía tener consecuencias», remarcó.
En cuanto al Wells Fargo, McIlroy admitió que se siente muy cómodo en este recorrido. «Con el paso de los años creo que el campo todavía se adapta mejor a mi juego. Aquí me siento relajado y muy cómodo. Siempre es muy especial regresar al lugar donde lograste tu primera victoria como profesional en el PGA Tour», apuntó.
