El lastre de aquel 8-2 en las dos primeras jornadas de foursomes y fourballs ha terminado por decantar esta decimocuarta edición de la Presidents Cup, ganada por Estados Unidos (17,5-12,5), cuyo palmarés general en la competición sigue engordando casi groseramente y se va ya a las doce victorias, un empate y una sola derrota, aquella ya muy lejana de 1998.
No obstante, hay que significar el esfuerzo del equipo Internacional por remontar el marcador y echarle pimienta al duelo, tan desigual a priori. Porque en la jornada de los doce partidos individuales los chicos de Trevor Immelman han dado la cara.
Incluso, aunque fuera de un modo tenue, ligero, en algunos momentos ha llegado a sobrevolar sobre Quail Hollow la sombra del milagro. Cualquiera lo diría, con una ventaja final de cinco puntos a favor de la barras y estrellas, pero lo cierto es que cuando Si Woo Kim le remontaba el primer partido de los doce a Justin Thomas, para ganar por 1 arriba en el 18, si se atisbaba alguna posibilidad de que los planetas se le alinearan al equipo Internacional. Al menos, algunas cuentas comenzaban a salir, por forzadas y rocambolescas que fueran…
A partir de aquí, quizá convenga repasar las claves de toda la jornada.
– La reacción soberana de Jordan Spieth por los segundos nueve, remontando a Cameron Davis un partido que tenía muy cuesta arriba, se ve a toro pasado de vital importancia. Hay que pensar, además, que el texano nunca había ganado un partido individual ni en Presidents ni en Ryder. Y que marchaba en el segundo partido del día: dos derrotas en la parte alta del cuadro, la de Thomas y la suya, hubieran apretado la soga muy pronto y muy fuerte a los americanos.
– Hideki Matsuyama no tiene carisma de líder de un vestuario, ni falta que le hace. Pero precisamente por los galones que luce sí se le puede exigir un poco más en el campo. Immelman había situado a Hideki y a Scott en los primeros partidos, confiándoles precisamente la responsabilidad de tirar del carro y de poner resultados favorables cuanto antes, pero el japonés no pasaba del empate ante Burns y el australiano, que marchaba 3 abajo en los primeros seis hoyos ante Cantlay, tampoco llegaba nunca a meterle las cabras en el corral al gélido y consistente californiano.
– El desafortunado final de los dos canadienses, Pendrith y Conners, seguramente determinaba la derrota o, como mínimo, el abultado resultado. Conners tripateaba en el hoyo 17 desde ocho metros y luego fallaba desde el centro de la calle en el 18, ayudando decididamente a Schauffele a ganar por 1 arriba y darle matemáticamente el triunfo a Estados Unidos. Había hecho lo más complicado, que era remontar una ventaja de tres abajo, pero en la hora de la verdad se quedaba sin ese instinto asesino que tanto ha echado de menos en su carrera, tratándose de un tipo cuyo juego de tee a green es más que sobresaliente. Pendrith, por su parte, erraba un putt corto en el 16 de birdie y a continuación fallaba la salida en el 17, poniéndole en bandeja de plata a un Finau que ya venía encendido.
– No ha sido una clave del día, pero es obligada la referencia a la funesta semana de Scottie Scheffler, que hoy caía ante un brillante Sebastián Muñoz y que no ha ganado ni un solo partido en esta Presidents. Es evidente que el Número Uno ha llegado vacío a estas alturas de un año inolvidable para él.
– Significar también la derrota por la mínima de Tom Kim ante Max Homa en el partido de las grandes revelaciones, después de que el californiano le remontara una desventaja de tres hoyos (ha ganado todos sus partidos en esta Presidents, siendo novato).
– Sea como sea, el perfil y la actitud de Tom Kim esta semana marcan la línea a seguir al equipo Internacional en próximas ediciones: hace mucho tiempo que Europa demostró que el poderío norteamericano no es imbatible, siempre y cuando se ponga más determinación y espíritu en el terreno de juego, que es precisamente lo que ha tratado de hacer el jovencísimo coreano, contagiando además a sus compañeros.
