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La decimocuarta edición de la Presidents Cup se celebra en Quail Hollow Golf Club

¿Hay alguna opción de que EE.UU. no arrase al equipo Internacional en la Presidents?

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El equipo estadounidense, ganador del Presidents Cup 2019. © Golffile | Thos Caffrey

Este jueves arranca la decimocuarta edición de la Presidents Cup, competición bianual que como es bien sabido enfrenta en formato match play a Estados Unidos contra un equipo del resto del mundo, la escuadra internacional, a excepción del Reino Unido y Europa.

También es bien conocida y asimilada la absoluta superioridad del contingente de las barras y estrellas: desde que esta competición echara a andar en 1994 han ganado once de los trece enfrentamientos, mientras que el equipo internacional sólo ganaba en una ocasión (1998) y arañaba un empate (2003).

A priori, para qué engañarse, la tendencia no debería cambiar en esta edición de 2022. Sobre el papel el equipo estadounidense es muy superior, no hay más que echar un vistazo a las dos escuadras y consultar el ranking mundial: Estados Unidos se presenta en la cita, por ejemplo, con cinco top ten mundiales (Scheffler, Cantlay, Schauffele, Thomas y Morikawa), por ninguno de los internacionales; asimismo, todos los componentes del equipo norteamericano, capitaneados por Davis Love III, están ahora mismo dentro del top 25 mundial, por sólo tres de la escuadra capitaneada por Trevor Immelman.

Además, hoy más que nunca, los estadounidenses también superan a priori a sus rivales en otro valor fundamental: los mimbres y conexiones intangibles que transforman a un grupo de jugadores en un verdadero equipo, y eso a pesar de que introduce cinco novedades respecto al que apalizó hace un año a Europa en la Ryder (Burns, Horschel, Young, Homa y Kisner).

Anotemos también las sonadas bajas de tres jugadores internacionales por su marcha a LIV Golf (Cameron Smith, Abraham Ancer y Joaquín Niemann), así como el hecho del debut en la competición de hasta ocho jugadores: Tom Kim, Conners, Pendrith, Davis, K. H. Lee, Muñoz y Bezuidenhout. Es la edición en la que más novatos presenta el equipo internacional. Todo apunta en su contra, lo que nos lleva directamente a una pregunta directa: ¿hay alguna opción de que la escuadra de Immelman no sea arrasada a partir de este jueves en el Quail Hollow Golf Club (Charlotte, Carolina del Norte), escenario del torneo?

Por supuesto, antes de nada, hay que apuntar que en golf la superioridad teórica de un equipo no siempre garantiza el éxito. Que se lo pregunten a Estados Unidos, tantas veces derrotado en la Ryder en los últimos tiempos. Y menos en formato match play, aunque la propia Presidents se haya empeñado normalmente en desmentirlo, pues siempre llegó Estados Unidos a la cita con un equipo más potente, por valor de ranking mundial, e hizo valer tal superioridad a priori.

Tiger Woods y Justin Thomas formaron pareja en la Presidents Cup 2019 en Royal Melbourne Golf Club. © Golffile | Thos Caffrey
Tiger Woods y Justin Thomas formaron pareja en la Presidents Cup 2019 en Royal Melbourne Golf Club. © Golffile | Thos Caffrey

Digamos que la verdadera fuerza de la escuadra internacional, el resquicio por el que merece la pena seguir dando ‘un voto de confianza’ a la competitividad e igualdad de esta cita, reside precisamente en el análisis del último precedente, la edición de 2019 en Melbourne. Hace tres años, en el Royal Melbourne Golf Club, el equipo internacional llegaba por primera vez en la historia de la Presidents sin un solo top ten mundial en sus filas, igual que ocurre esta semana; y también llegaba con sólo tres top 25 mundiales, exactamente lo mismo que en esta ocasión. Sin embargo, los chicos liderados entonces por Ernie Els anduvieron cerca de sumar al fin la deseada segunda victoria, hasta el punto de plantarse en la sesión de los doce partidos individuales por delante en el marcador, algo que sólo había ocurrido en dos ocasiones (1998, cuando ganaron por única vez, y 2003, cuando empataron). Al final, caerían con honor y emoción (16-14).

Tampoco puede olvidarse el apretado resultado final de la edición de 2015 en suelo coreano (15,5-14,5), con triunfo americano y un equipo internacional también, sobre el papel, muy inferior (con un top ten mundial llegó a la cita, por los cinco de los EE.UU.).

Algo está cambiando en el equipo internacional en el modo de afrontar el evento, de cohesionar el equipo y de diseñar los emparejamientos, más allá de la pura coincidencia de nacionalidades (aunque precisamente esta semana el dúo de canadienses Conners-Pendrith pueda ser una de las revelaciones). Eso sí, el equipo de Immelman se enfrenta también a la complicada tarea de hacer buenos los progresos en suelo norteamericano, porque entre la cita de Corea (2015) y la de Melbourne (2019) salieron de nuevo apalizados (19-11) en el Liberty National de Jersey City (2017).