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Geoff Ogilvy, vicecapitán del equipo Internacional, desvela todos sus secretos

Ogilvy desmenuza las claves del ogro que acoge la Presidents

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Royal Melbourne Golf Club © Presidents Cup
Royal Melbourne Golf Club © Presidents Cup

Para tener éxito en el Royal Melbourne Golf Club, sede de la Presidents Cup que arranca este jueves, lo más importante es tener las llaves del ‘sandbelt’. Y no, no es un modelo de coche de los setenta del que nunca antes había oído hablar. Es un término, cinturón de arena, que escucharán muchas veces estos próximos cuatro días de competición.

El ‘sandbelt’ es un área en el que se encuentran unas condiciones absolutamente perfectas para el diseño de un campo de golf. Algunos de los mejores recorridos del mundo están dispersos por esta parte de Australia, y el que acoge esta semana el duelo entre Estados Unidos y el equipo Internacional es uno de ellos.

El término en sí proviene de un suelo arenoso que proporciona la base ideal para dar forma a un campo en el que presumir de greenes ondulados y firmes. Los recorridos son como un híbrido entre zonas verdes y campos de golf.

En contraste con gran parte de Melbourne, construida sobre un pesado suelo de arcilla, la región del ‘sandbelt’ es una anomalía geográfica resultante de una inundación prehistórica que depositó arenisca pesada en áreas bajas. Esta base arenosa puede llegar a alcanzar una profundidad de hasta 80 metros en algunas zonas.

El tipo de juego en estos campos es diferente a lo que estamos acostumbrados normalmente en el resto del mundo, sobre todo en Estados Unidos. Así que la web oficial del PGA Tour ha acudido a Geoff Ogilvy, vicecapitán del equipo Internacional y uno de los jugadores que más veces han competido en el Royal Melbourne, para descubrir todos los secretos del campo.

1.- La posición, más importante que la distancia desde el tee

Los grandes pegadores estadounidenses tendrán que atender más a la delicadeza y la precisión que a la fuerza esta semana. Ogilvy lo tiene claro: «La importancia del golpe de salida no va a estar en acercar la bola lo máximo posible al green, sino en encontrar una posición que nos permita atacar el lugar correcto con el segundo golpe».

«La distancia es valiosa en algunos puntos, pero en muchas ocasiones, es mejor un hierro 4 desde el tee que un driver. La fuerza siempre es una ventaja, pero aquí se equilibra. Es fundamental jugar el hoyo hacia atrás. A veces, el rough en el lado correcto es mejor que la calle en el lado erróneo. Hay que encontrar esa posición desde el tee y no es sencillo porque a veces no es tan obvio como pudiéramos pensar», explica.

2.- Patear desde ‘debajo’ del hoyo

Ogilvy lo tiene clarísimo: «En el Royal Melbourne hay que intentar estar siempre por debajo del hoyo para buscar putts de birdie. Por ello es fundamental posicionar bien el golpe de salida. Si lo consigues, es más fácil poner la bola bajo el hoyo y, a la larga, más sencillo hacer birdies. Necesitas encontrar pendientes que empujen la bola hacia el hoyo, no que lo alejen. Si dejas que el campo te dé cosas, lo hará, pero si luchas contra él, te castigará, no conviene forzarlo».

3.- Jugar a distancias más cortas, no al hoyo

Según el vicecapitán del equipo Internacional, si apuntas al hoyo existen muchas posibilidades de que tu bola no se quede allí: «Hay que acostumbrarse a aterrizar la bola cerca del hoyo y que bote. Estamos muy familiarizados con mirar a bandera, coger el palo correspondiente y hacer volar la bola hacia el hoyo. Pero en el Royal Melbourne, si tienes 170 yardas, es mejor tirar a 150 porque los greenes son firmes y rápidos. Si estás en el rough no es fácil precisar los golpes y puede pasar que la bola bote y ruede por el green demasiado».

4.- Mantenerse alejado de las ‘zonas muertas’

Ogilvy creeo que hay «seis o siete hoyos con zonas alrededor del green en las que, si acabas allí, tendrás que tener mucha suerte para encontrar el green con tu chip o tu putt». Sin revelar cuáles son, deja claro que «si no estás en el lugar correcto, un tres o un cuatro en tu tarjeta se pueden convertir perfectamente en un seis o un siete, esa es la magnitud».

En el PGA Tour están convencidos de que se refiere, entre otros, a los hoyos tres, cuatro y cinco, que se califican como «potencialmente diabólicos». Además, el par 3 del hoyo 3 del campo, de 176 yardas, repele las bolas demasiado cortas y las desliza como un rayo por arriba. En el 6, de 148 yardas, si aterrizas en el lugar equivocado, no habrá quien te libre del tripateo.

En el hoyo 4, par 4, las pendientes del green son tan pronunciadas que si estás en la parte del fondo, es más probable que termines viendo rodar tu bola de vuelta hacia la calle a que consigas hacer birdie pateando o chipeando.

5.- Afina tu juego desde el búnker

Conociéndose como ‘sandbelt’, era evidente que el Royal Melbourne obligara a precisar el juego desde la arena. «Los búnkers son realmente duros. Con greenes tan firmes hay que precisar al máximo el juego desde la arena. Muchos chicos aquí consiguen buenas recompensas en este apartado del juego porque lo han aprendido todo sobre la arena», dice Ogilvy.

6.- Variedad de palos a tener en cuenta

«En el PGA Tour es muy común el lob wedge. Un palo de 60 grados suele ser el mejor para la gran mayoría de configuraciones de campo. Pero en el Royal Melbourne se pueden usar hierros 3, híbridos, hierros 5… lo que sea. Es algo que los jugadores tienen que aprender esta semana», explica el vicecapitán del equipo Internacional.

7.- Jugar con calma e inteligencia

Ogilvy, para terminar, invita a ser práctico y pensar mucho antes de cada golpe: «En este campo hay que darle a las cosas más vueltas de lo habitual. Y sobre todo, ser paciente, no forzar. Hay que dejar que las soluciones lleguen con una búsqueda inteligente, porque los errores pueden agravar mucho la situación. Es un recorrido que se juega mucho dentro de la cabeza. Es complicado e incómodo, así que a veces consiste un poco en saber sobrevivir».