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Europa manda pero deja escapar una tarde gloriosa

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Anna Van Dam © Golffile | Thos Caffrey
Anna Van Dam © Golffile | Thos Caffrey

El golf. El deporte. La competición. Las sensaciones. Europa se marcha a la cama después del primer día de la Solheim Cup al mando del marcador. Domina el resultado por 4,5 a 3,5 tras dos intensas sesiones de foursomes y fourballs. Insistimos y recordamos, Europa es la que va ganando, pero nadie lo diría por las caras con las que todas se fueron de Gleneagles. Parecía exactamente lo contrario. Felicidad, alivio, risas y abrazos en las americanas, y manos en la cabeza, golpes al suelo, muecas de desesperación y rabia en las europeas. ¿Y esto cómo se come?

Pues volvemos a lo mismo. La competición. Las sensaciones. El match play. Europa manda pero ha dejado escapar una tarde gloriosa. Ha tenido la posibilidad de poner la primer puntilla a la Solheim y se le ha escapado en el último suspiro. Mientras, Estados Unidos se vio en el fango, con la sesión perdida ampliamente por 3 a 1 y, sin embargo, salvaba los muebles sobre la bocina. Hoy ha sido una derrota triunfante de las barras y estrellas y una victoria doliente del equipo azul y amarillo.

Europa toma el mando de la Solheim con el ‘otro golf’

La jornada de fourballs aportó muchísimo. Se vio un golf de mucha más altura que en el foursome. También es lógico, en la modalidad de golpe alterno la golfista marcha más apretada, cohibida, condicionada por la compañera, mientras que en el fourball hay más libertad, juegas tu propia bola y siempre se puede ser más valiente, agresiva y decidida. Y se ha notado. Se han hecho muchos birdies y ha aparecido la brillantez que faltó en la mañana.

Europa cabalgaba hacia una tarde extraordinaria. Todo iba bien. Sólo se escapaba un partido, el de Angel Yin y Ally McDonald contra Anna Nordqvist y Caroline Hedwall. Las americanas se marcharon desde el principio con un actuación coral espléndida. Primero pegó Yin y después apoyó con todo McDonald. Siete birdies entre las dos en trece hoyos. Espectacular. Y, además, enfrente no había rival. Hedwall y Nordqvist no comparecieron. El primer birdie no llegó hasta el hoyo 12, cuando el duelo ya estaba finiquitado. Decepción absoluta de la pareja sueca.

En el resto había buenas noticias para Europa. El equipo había descubierto a un volcán, a una jugadora que está llamada a marcar una época en la Solheim Cup. No sólo por lo bien que juega, que por supuesto, sino por lo que transmite, por cómo lo vive. Anne Van Dam es la versión femenina de Rory McIlroy. Tiros espectaculares, bolas que viajan kilómetros sin tocar el suelo y golpes que no se suelen ver en el golf femenino. Otro nivel. El día que el putt acompañe a todo este torrente de golf podemos estar hablando de una Número 1 del mundo.

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Van Dam hacía birdies a golpe de tambor y Suzann Pettersen se dejaba llevar. La noruega, veterana y sabia, dejaba hacer a su compañera, la alimentaba con su buen rollo y su excitación y supo aportar también su granito de arena cuando hizo falta. Así, ganaron fácil a Danielle Kang y Lizette Salas, una pareja que a priori es de todo menos fácil.

Quedaban por decidir los otros dos duelos. Azahara Muñoz recogió el guante que le mandó su entrenador. “Nunca la he visto mejor en una Solheim”, aseguró Marcelo Prieto. Y tanto. Su despliegue en los primeros nueve hoyos fue fabuloso. Era la jefa de Europa. Hacía cuatro birdies pegando golpes supremos. Pinchando la bola muy cerca de bandera. Charley Hull, desaparecida en combate en los primeros hoyos, se fue calentando poco a poco y también aportó lo suyo, con putts espectaculares como el del 12 para birdie. Ahí pareció que el partido quedaba decidido. Cuatro arriba y seis a jugar. Incluso, en el 16 se ponían ‘dormie’. Tres y tres a jugar.

Sin embargo, se les pasó cerrar la puerta y el match play es muy traicionero. Nelly Korda y Brittany Altomare, dos jugadoras de tomo y lomo, se colaron en el partido por la cocina. Acabaron con cinco birdies en los últimos seis hoyos, con Altomare dando una exhibición con el putter mientras Hull les hacía un regalo en el 17, fallando un putt de metro y medio para haber cerrado el partido. Es el match play. Suman medio punto, pero que sabe a cero, mientras que a Estados Unidos les sabe a uno entero.

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El último partido estuvo muy igualado y fue de ida y vuelta. Espectacular. Lo que se puede esperar cuando Carlota Ciganda, Bronte Law, Lexi Thompson y Jessica Korda están en escena. Fue un partido de ida y vuelta en el que las fuerzas quedaron muy repartidas. Carlota y Law hicieron cuatro birdies cada una, que no está nada mal, pero las americanas, con tres birdies y un eagle lograron contrarrestar. Tres bogeys de las europeas tuvieron la culpa. Demasiadas concesiones jugando en fourball.

Carlota y Law hicieron lo más difícil. Se pusieron dos abajo a falta de cuatro hoyos y ganaron tres seguidos, dos de ellos con dos putts de película de Carlota y Law, en el 17 y 15. Sin embargo, se les escapó el 18, cosa que puede pasar. Carlota arriesgó con la madera desde el rough en un golpe que, con Law en el búnker de green, pedía más, por lógica, jugar a calle y buscar el birdie con el tercero. Sin embargo, ya sabemos como es Carlota. Ella siempre piensa en grande. Vio que la madera entraba y lo intentó. No estuvo lejos de ser un gran golpe, pero se quedó en la zona de escape, muy difícil para hacer dos putts desde ahí.

El final de la historia lo remató Lexi, metiendo un gran putt de birdie en el 18, su único birdie del día, el único momento en el que realmente salió la Número 3 del mundo.

Europa manda y no lo puede ni debe olvidar. Ha ganado este primer día de competición, pero es inevitable que quede la sensación de que podía y debía haber sido mejor

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