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Las notas de Marcelo: una charla en bus en Argentina

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Azahara Muñoz le firma un autógrafo a Marcelo Prieto.

Marcelo, te quería hacer una pregunta. Creo que el próximo verano me voy a pasar a profesional. ¿Qué te parece? ¿Cómo crees que me irá?

– ¿Me preguntas que cómo te irá? ¿De verdad? Pues cómo te va a ir… Seguro que genial. Porque Xarlot, escucha, tú eres mágica.

Aquella conversación, que se produjo en un autobús en Argentina, volviendo del Mundial de golf amateur, se me ha reproducido hoy en la cabeza con una nitidez asombrosa, segundos después de que la tierra de Gleneagles temblara a mis pies con el putt de Pettersen en el 18.

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Gracias a Dios, he tenido la fortuna de vivir cosas muy bonitas con el golf. Todas con los equipos nacionales, representando a España por todo el mundo, ganando torneos y, sobre todo en los Europeos. Qué bonitos son los Europeos. Me gustan más que los Mundiales, ya que hay más jugadoras y se hace más familia, más piña, se viven más cosas.

Sin embargo, nada ha tenido la emoción que he sentido hoy en la Solheim. Y seguramente porque todo está relacionado. Ver a Carlota Ciganda y Azahara Muñoz, unas mujeres con las que he estado desde que eran unas niñas, ganar algo tan grande, y estando yo delante, es un sueño hecho realidad Me cuesta incluso encontrar las palabras. Apenas me queda voz…

VÍDEO: El histórico putt de Pettersen que le dio a Europa la Solheim Cup

El desenlace de la Solheim me ha pillado primero en el tee del hoyo 17. Allí estaba yo con mis prismáticos. Azahara acababa de perder contra Angel Yin (qué pegada tiene esta chica, es alucinante) y me debatía en qué hacer, dónde ir a ver el final. Entonces, me giré, miré hacia el green y vi la bola de Anne Van Dam empotrada en el búnker. No, no pintaba bien el asunto. Había muchas jugadoras de Europa siguiendo este partido contra Lizette Salas y me fijé en sus caras. Había mucha desolación. Era la viva sensación de que la Solheim se estaba escapando entre los dedos. Era una imagen triste.

No sé con quiénes estaba en ese momento, ni a quién se lo dije, quién sabe, a lo mejor simplemente lo pensé, no lo dije en voz alta, pero la idea estaba fija en mi cabeza: cuidado con Bronte Law, esta chica no va a dar su brazo a torcer fácilmente, nunca tira la toalla. Siempre hay que ganarla dos veces.

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No lo dije porque yo sea un visionario, ni mucho menos. Lo tenía claro porque yo he sufrido a Bronte Law y sé cómo es. Ella nos metió el putt ganador en la final del Europeo de Islandia. Jugaba contra Ainhoa Olarra, tenía cuatro metros y no lo dudó. Por todo el centro. Sí, yo sé cómo se las gasta Bronte. Lo tengo grabado a fuego. Es una chica dulce y simpática fuera del campo que se transforma cuando pisa el tee del 1. No te mira, no sonríe, no te habla. Es una rival durísima. Seguro que Ally McDonald no la olvidará en mucho tiempo. Como yo tampoco la he olvidado.

Carlota Ciganda y Azahara Muñoz. (© Golffile | Thos Caffrey)

Después de ver a Van Dam, he ido corriendo al 18 para no perderme nada del final de la Solheim. Agua. Era imposible. Había muchísima gente y no se veía nada. Había que buscar soluciones y me fui a la carpa de PING, rodeado de americanos. Allí he visto el putt de Law en el 16 y el de Pettersen en el 18. Estaba con toda la familia de Carlota Ciganda. No sé a quién le estaba agarrando segundos antes de que Pettersen tirara su putt, pero le vuelvo a pedir perdón. Seguro que le estaba haciendo mucho daño porque no podía conmigo de la tensión. Cuando ha entrado el putt de Suzann se ha producido la explosión. Nos hemos puesto a gritar, a abrazarnos, a saltar… Ha sido un momento precioso. Todavía tengo la piel de gallina.

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Después me he ido al green del 18, me he ido abriendo hueco como he podido entre la gente y he abrazado a Azahara. Jamás olvidaré ese momento. Me da rabia que no haya podido rematar una Solheim aún mejor porque se lo ha merecido, pero aún así ha estado fantástica, al mejor nivel que yo le he visto en este torneo. Además, me llevo su autógrafo. Me lo firmó el sábado. Sabía que iba a ocurrir algo grande. Es el primer autógrafo que le pido a Azahara. Me he abrazado a ella y he recordado el Europeo de Italia, donde yo era un novato y viajé con Pepe Gallardo, para que me enseñara el camino y todos los secretos. Perdíamos en semifinales y le dimos la vuelta con una remontada increíble. Carlota y Azahara jugaban juntas y dieron la vuelta a sus partidos. También lo hizo Belén Mozo. Ganamos las semifinales cuando estaba perdidas y en la final derrotamos a Suecia por 7-0. Aquellas niñas han ganado hoy la Solheim Cup. Juntas.

Esta es una competición mágica. Sólo así se puede entender que en veinte minutos me haya abrazado con todo el green del hoyo 18, con personas que no conocía de nada y con jugadoras que han sido siempre nuestras rivales y hoy son amigas para siempre, como Anne Van Dam. Y sí, por supuesto, también con Bronte Law.

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Me ha hecho mucha ilusión que hayan ganado también por Catriona Matthew. Creo que ha sido una capitana excelente. Es de ese tipo de personas de las que te alegras que le pasen cosas buenas. Os lo digo de corazón: todas las jugadoras querían ganar hoy por Catriona. Ella es un ejemplo. Y esto es un sueño. Un sueño mágico.

Vuelvo al autobús de Argentina y de repente todo, absolutamente todo, cobra sentido.

*Marcelo Prieto es entrenador de Azahara Muñoz