Gran papel de Europa en lo que llevamos de Ryder. Excelente rendimiento en los foursomes y situación casi envidiable de cara a los individuales.
Me quedo con varios nombres propios en esta segunda jornada. El primero es Victor Dubuisson. Su rendimiento está siendo espectacular y, sinceramente, tengo que decir que no me sorprende. No trato de apuntarme ningún tanto, simplemente que después de verlo cómo afronta los torneos y, sobre todo, cómo encara los momentos de presión, es un jugador que transmite la sensación de haber estado ya en veinte Ryder. A cualquier otro novato le temblarían hasta los dientes, pero no a Victor. Es un golfista ajeno a la presión, no va a con él. Parece como si no le importara, pero no es eso, la clave es que consigue aislarse del ruido ambiente. Lo hace para bien y para mal, pero en un torneo como la Ryder esta cualidad tiene muchísimo más de bueno que de malo.
Quiero destacar también la reacción de Sergio García hoy jugando con McIlroy. No ha empezado bien, pero ha sabido encontrar el tono y ha respondido muy bien en los segundos nueve hoyos. Los dos han sabido sufrir y aguantar al principio y han logrado destacarse en los segundos nueve. Sin estar brillantes han sacado el punto adelante, y esto tiene un valor enorme.
Otro nombre propio es el de Jamie Donaldson. Es uno de los jugadores más sólidos que existen en el Circuito Europeo y lo está demostrando con creces en esta Ryder. Además, se le está viendo muy seguro en los putts cortos, dando confianza también a Lee Westwood.
Quiero hacer un aparte para el duelo más dramático de los foursomes de esta tarde, el que ha enfrentado a Justin Rose y Martin Kaymer contra Jordan Spieth y Patrick Reed. Lo que se ha visto es un reflejo de la tensión que se vive en la Ryder. Se sufre mucho y el desgaste emocional es tremendo. Además, me gustaría aportar un detalle técnico en el que probabablente algunos no hayan caído. La modalidad de foursome es muy complicada porque resulta dificilísimo encontrar el ritmo. Por ejemplo, pegas un mal hierro medio en un hoyo y pueden pasar cuarenta minutos o una hora hasta que te toca dar el siguiente. Eso es complejo. Por eso, si no empiezas jugando fino es la modalidad más peliaguda para darle la vuelta a tu juego. Rose no ha empezado bien con Kaymer y lo ha ido arrastrando toda la jornada. No es nada fácil recuperar la confianza. Por eso digo que la reacción de Sergio tiene mucho mérito. Empezó jugando mal y acabó pegando muy buenos golpes. Chapeau.
Volviendo al partido dramático, ese medio punto que han rescatado es muy importante. Mantiene el buen momento de Europa y refuerza para los individuales a dos jugadores que lo estaban pasando mal. Al mismo tiempo, consigues que los americanos no cojan algo de carrerilla para mañana.
La Ryder se ha puesto muy bien para Europa, pero aún hay que rematar. Es cierto que los milagros ocurren pocas veces, pero seguro que Estados Unidos tratará de buscar su propio milagro este domingo en Gleneagles. Lo bueno de Europa es que muchos de los que están allí en Escocia ya vivieron lo de Medinah y saben que puede ocurrir. No les puede pillar desprevenidos. Hay que empezar fuertes, con pesos pesados en los primeros partidos que afiancen el resultado.
