Álvaro Quirós, uno de los grandes jugadores del golf español y mundial durante buena parte de la última década (sumó seis victorias en cinco años en el circuito europeo), se encuentra en una situación límite: en 2017 ya no podrá disfrutar de la exención de cinco años que obtuvo tras ganar la Final de Dubai en 2011, por lo que necesita alcanzar el puesto 110º de la Race to Dubai para salvar sus derechos de juego completos en el European Tour. Hablando en plata, es probable que todavía necesite sumar alrededor de 90.000 euros para cumplir el objetivo y tiene dos oportunidades para conseguirlo. La primera de ellas se resolverá en el British Masters que arranca esta semana en The Grove (Chandlers Cross, Hertfordshire, Inglaterra).
En realidad lleva ya unos años enredado en un rompecabezas deportivo que no termina de resolver. Él entiende que necesita una solución técnica sobre la que apoyar la recuperación de su mejor versión y, en honor a la verdad, no ha dejado de buscarla por activa y por pasiva, superando además por el camino algunos problemas físicos graves, como las diferentes intervenciones en sus muñecas o las recurrentes molestias en la espalda. Nunca podrá decirse que se durmió en los laureles o que se ha dejado llevar. Jamás ha perdido la ética de trabajo.
Pero la situación es la que es y el de Guadiaro no ha conseguido pasar el corte en ninguna de sus últimas siete apariciones. Curiosamente, tampoco puede hablarse de un jugador que haya perdido la capacidad de hacer resultado. No hay más que mirar a los últimos torneos que ha jugado: en Suiza firmaba un 66 en segunda ronda; en Italia un 69; en Alemania, un 68; y en Escocia, la semana pasada, cerraba su participación con dos 70, jugando bajo par ambos días. Parece lógico pensar que la propia desconfianza generada en los últimos años le impide ser más consistente, pero es un hecho palpable que en su bolsa hay vueltas bajas. A ese clavo puede y debe agarrarse. De hecho, Quirós no está dispuesto a arrojar la toalla mientras exista una opción de salvar la tarjeta.
La cita en The Grove nos va a permitir asistir al retorno de José María Olazábal a la competición, motivo más que suficiente de celebración en sí mismo. El vasco ya jugó en este campo hace justo diez años, cuando se celebró aquí un World Golf Championship, el American Express en 2006, torneo en el que Tiger Woods arrasó de principio a fin y terminó ganando con ocho golpes de ventaja sobre el segundo. Asimismo, Pablo Larrazábal y Alejandro Cañizares tratarán de estirar su buen momento, igual que Jorge Campillo y Eduardo de la Riva.
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