Jorge Campillo (-11), sobre todo él, aunque también Carlos Pigem (-5) y Adrián Otaegui (-5), han sido la cara de la moneda de la Armada. Pablo Larrazábal (+1, vuelta de 74), Nacho Elvira (+3, vuelta de 73) y José María Olazábal (+7, vuelta de 73) han sido la cruz, quedándose fuera del corte en Abu Dhabi. Entre medias, con el agua al cuello, se han empeñado en sobrevivir Álvaro Quirós (-2), Rafa Cabrera Bello (-2) y Alejandro Cañizares (-2), que van a tener la oportunidad de resarcirse durante el fin de semana después de pasarlas canutas… Tiene su mérito. Y valor, mucho valor.
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– Por la mañana, Quirós comenzaba la ronda igual que hiciera el jueves: con un doble bogey. Aquella vez por el hoyo 10, y en esta ocasión por el 1 después de enviar desde el tee la bola al agua. Se desataba entonces una lucha encarnizada y desigual entre jugador y campo, teniendo en cuenta las terribles carencias mostradas hoy por el andaluz desde el tee: después de 14 hoyos sólo había cogido una calle… Con todo y con eso, aún se las arreglaba para llegar vivo al tramo final, una situación que sólo ha sido posible gracias a esa excelente actitud de la que venimos hablando estos días. Birdie de libro en el 11, tras conectar un gran disparo desde el primer corte de rough; birdie en el 15, par 3, tras pegar un buen tiro desde el tee, aunque muy justito; y birdie en el 17, embocando un putt de unos cinco metros. Todavía tenía que embocar un putt de un metrito en el 18 para salvar el par y ese -2 final.
– Ya por la tarde, Rafa se presentaba en el tee del 17 con la necesidad de acabar con dos birdies. En ese hoyo pegaba un hierro 3 de locura para dejarse una opción de birdie desde algo más de un metro. Dentro. Y en el 18, par 5, también sacaba el birdie con alguna fatiguita. No le quepa a nadie la menor duda de que ha sido uno de esos días en los que el canario ha conseguido ganarle al campo sin sacar a pasear su mejor versión, una capacidad que vale oro.
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– Alejandro Cañizares, el más necesitado de todos, en vista de que tiene que sumar algo más de cien mil euros en estas dos semanas de la Gira del Desierto para mantener la tarjeta, también venía sudando tinta china en una de esas terribles jornadas en las que el jugador no se siente cómodo en ninguna parcela del juego. Afortunadamente conseguía fabricarse un pequeño colchoncito con un birdie en el hoyo 8, par 5, y eso pese a fallar la salida… Las musas no siempre andan con ganas de liarla, puesto que la bola rebotaba en un camino y terminaba muy larga y en calle. Afortunadamente, decíamos, porque en el 9 caía un bogey que de otro modo habría significado esa pequeña pero abrupta tragedia.
