Jon Rahm (-5) no estaba ayer para muchas fiestas después de cerrar una ronda de 72 golpes que lo alejaba de la cabeza del torneo. Echaba humo nada más firmar la tarjeta. Sin embargo, el calentón no iba a durarle demasiado ni, sobre todo, iba a modificar su ‘agenda’ o trastocar las costumbres. Ahí estuvo sus veinte minutos de rigor firmando autógrafos y haciéndose fotos con los aficionados. Ahí anduvo luego comiendo con su familia tranquilamente. Y allá que se fue a La Cañada, a acompañar a los niños que disputaban un torneo de su circuito, el Seve&Jon Golf for Kids. Este modo de actuar, cada vez más repetido y asimilado, forma parte de su grandeza. Y es posible que ahí comenzara a fraguarse el 67 que hoy ha entregado y que le ha metido en la lucha por el triunfo, siempre y cuando se abra alguna fisura en la imponente armadura del líder, Christiaan Bezuidenhout (-10), a quien una vuelta de par el domingo debiera bastarle y sobrarle.
Un sábado cruel (Rahm aparte) que aún deja ver la botella medio llena
Rahm ha decidido hoy ir un paso más allá. Arriesgar y coger algo más el driver. No es que fuera en plan suicida, pero si un pelín más agresivo. Y se ha encontrado con su mejor versión desde el tee en mucho tiempo, así que ha disfrutado pegando hierros muy cortos a los pequeños greenes del recorrido sanroqueño.
Un par mágico desde los baños del 11 y otras lindezas
Va a salir a cinco golpes del líder y finalmente lo hará en el partido estelar, junto a Bezuidenhout. No es lo que él esperaba en el momento de entregar su tarjeta, unas dos horas antes del final de la jornada, ni tampoco lo que deseaba. Él, esta vez, prefería ir por delante el domingo, consciente de que iba a llevar mucha más gente que el sudafricano y pensando en el ‘efecto Tiger’, tal y como él mismo lo ha llamado y que consiste sencillamente en ir haciéndolo muy bien por delante y que el ruido y las celebraciones zarandeen al líder.
Tee times: Rahm, en el partido estrella del domingo en Valderrama
Veamos ahora algunos números sobrecogedores. Jon, en realidad, apenas está jugando esta semana su décimo torneo del calendario regular del circuito europeo, es decir, aquellos que no son ni ‘majors’ ni campeonatos del mundo. Y en los nueve anteriores atesora tres victorias, un total de seis top 5 y siete top 10. Una verdadera animalada. No digamos si además se le ocurre darle un susto mañana al bueno de Christiaan…
