A Jon Rahm le brillan los ojos cuando pisa Irlanda, y no sólo es por haber ganado aquí el año pasado. Es algo más. Es la mirada de alguien que se siente a gusto, cómodo, querido y muy respetado. Es una conexión especial entre Irlanda y los irlandeses y este gran campeón de Barrika. Como si fuera uno de ellos. Como si llevara toda la vida jugando en Irlanda.
Hipnotizados (y esperanzados) en aquella esquina del norte de Irlanda
La victoria de hace un año en Portstewart fue muy especial, ya que fue la primera en el European Tour y, además, en un torneo que habían ganado antes Seve Ballesteros, José María Olazábal y Sergio García. El debut ganador soñado. Por si fuera poco, venció en un links, un tipo de campo que se le había resistido como amateur y en sus primeras incursiones como profesional.
“No sé si es una cosa de todos los jugadores españoles, por nuestro carácter, o algo sólo mío, pero la verdad es que conecté de maravilla con los seguidores irlandeses»
Sin embargo, y por más motivos que haya, lo más especial del triunfo fue el trato que recibió del público. “No sé si es una cosa de todos los jugadores españoles, por nuestro carácter, o algo sólo mío, pero la verdad es que conecté de maravilla con los seguidores irlandeses. Fue espectacular ser campeón del Open de Irlanda. Volver aquí y notar el respeto que me tienen es algo de locos”, asegura Jon.
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La conexión ha sido tan fuerte que Rahm no duda en compararla con lo que vivió en el Open de España en Madrid un par de meses atrás. “Si no fue mejor que en España, desde luego ha sido equivalente el trato que he recibido y me parece alucinante tener ese mismo reconocimiento, teniendo jugadores aquí como Rory McIlroy, Greame McDowell o Shane Lowry. La gente aquí y allá me dice que espera que defienda el título. Es algo que me conmueve y me emociona”, asegura.
«Las vistas desde los tees del 7 y 14 son probablemente las más bonitas que se pueden ver en un campo de golf»
En cuanto al campo, Rahm es también de los que está encantado con Ballyliffin. “Las vistas desde los tees del 7 y 14 son probablemente las más bonitas que se pueden ver en un campo de golf. Yo desde luego no he visto nada mejor en un campo links. Es precioso”, afirma.
“Si no fue mejor que en España, desde luego ha sido equivalente el trato que he recibido y me parece alucinante tener ese mismo reconocimiento»
Respecto a la preparación, Jon advierte de que no será fácil hacer vueltas bajas. “No es el campo más fácil del mundo y además está preparado difícil, firme y duro. Como sople algo de viento se va a complicar mucho. Será exigente y no creo que se vayan a ver resultados muy bajos”, apunta.
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