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La relación de Larrazábal con Abu Dhabi es tan extraña como rica e interesante

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Pablo Larrazábal durante la primera jornada en el Abu Dhai Golf Club. © Thos Caffrey | Golffile
Pablo Larrazábal durante la primera jornada en el Abu Dhai Golf Club. © Thos Caffrey | Golffile

Pablo Larrazábal (-7) ha firmado hoy la mejor vuelta de su carrera en el Abu Dhabi Golf Club, un 65 rompedor que de momento lo sitúa en segunda posición, empatado con otros tres jugadores (Oosthuizen, Lorenzo Vera y Sterne), a tres golpes todos del líder inconmensurable, Shane Lowry. En las nueve ediciones anteriores que había disputado el español ni siquiera había firmado un 66, y eso que estamos hablando de alguien que ha ganado este torneo y que atesora también un segundo puesto.

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Lo suyo con este emirato, parece, no tiene término medio: ganó en 2014, pero en 2015 ni siquiera pasaba el corte; quedó segundo en 2017 y en 2018 volvía a quedarse fuera del fin de semana. Hoy, de hecho, ha firmado su mejor registro sin haber puesto sobre el campo su mejor golf. Algo tendrá que ver en ello el eagle que se sacaba de la manga en el 16, embocando desde 158 metros, pegando el segundo tiro con un hierro 8 desde el rough; y también el chipecito que acto seguido enchufaba para birdie en el 17, después de fallar clamorosamente el disparo desde el tee y de haber tenido que meterse con una madera en el rough a sólo 150 metros del green, porque así de feo estaba el asunto con la bola muy mal puesta en la hierba, sin tener la certeza de qué podía suceder exactamente…

Pero este hombre tiene estas cosas, mucho más en Abu Dhabi, donde puede suceder de todo, bueno y no tan bueno, pero sobre todo extraño, cuando Larrazábal entra en acción. Por ejemplo, puede ocurrir también que pegue un gran drive en el hoyo 1 para arrancar la ronda y se encuentre la bola perfectamente instalada en una chuleta. Tiene gracia, teniendo en cuenta el ruido que se está haciendo con las nuevas reglas y que los profesionales hayan echado de menos precisamente esta modificación, la de poder sacar la bola de una chuleta cuando se está en calle. Tiene gracia también porque, mejor o peor puesta la bola en el fairway, el barcelonés sacaba el birdie igual. Claro que sí, son las cosas de Larrazábal.

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Pablo lidera de momento a una Armada que no ha comenzado nada mal, si hacemos un balance global. Rafa Cabrera Bello (-4) también está arriba, pues su 68 sigue teniendo peso aunque este año ciertamente se hayan disparado los registros bajos, resultado al que hay que unir el 69 de Arnaus por la mañana.  Y Jorge Campillo (-2) y Adrián Oategui (-2) le han ganado al campo y también puede concluirse que se trata de un buen inicio.

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