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Quirós, epicentro del terremoto español en Dubai

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Álvaro Quirós, en Dubai.
Álvaro Quirós, en Dubai.

Está más que dicho: el Majlis course del Emirates Golf Club guarda una estrecha y casi fraternal relación con la Armada. Ni todos los años va a quedar primero, segundo o tercero un jugador español en este recorrido y en este torneo, ni falta que hace para insistir, con los datos en la mano, en que no hay otro campo en el mundo donde se celebre un torneo de alta competición donde el golf patrio destaque tanto y tantísimas veces (en una de cada tres citas aquí un español termina primero, segundo o tercero, aunque destacan sobre todo las seis victorias de seis jugadores diferentes: Seve, Olazábal, Jiménez, Quirós, Cabrera Bello y Sergio). Ni siquiera el Augusta National, aunque los logros en el coloso de Georgia lleven aparejados un multiplicador de jerarquía incontestable…

La segunda jornada del Dubai Desert Classic, y más concretamente el turno matutino de juego, ha reconfirmado por si hiciera falta esta curiosa relación Dubai-España, pues la exhibición de los seis españoles que estaban en juego (por la tarde salen los cinco restantes) ha sido profunda y espléndida. Además, desde múltiples y variados frentes y con distintos objetivos por medio. Álvaro Quirós (-11), para empezar, se ha encaramado hasta el mismísimo liderato provisional tras firmar una voluptuosa ronda de 64 golpes, igualando así su mejor registro en este campo. Pero es que Jorge Campillo (-8) se ha metido también en la zona caliente con una vuelta de 67, lo mismo que Adri Arnaus (-8), que cerraba otra ordenadísima actuación (68 golpes); y Pablo Larrazábal (-6) ha regresado de ninguna parte con un registro de 66 golpes, igualando asimismo el mejor resultado de su carrera en este campo…

Arnaus casi no se altera con un -14 en dos días (aunque uno no cuente)

Es que, además, y aunque no vayan a recoger el fruto de su encomiable esfuerzo, Adrián Otaegui (-2, hoy 70 golpes) finalizaba con dos birdies por los hoyos 8 y 9, agarrándose a una última opción de pasar el corte, mientras que Rafa Cabrera Bello (-1), firmaba una notable vuelta de 68 golpes, insuficiente para meterse en el fin de semana, pero meritoria en cualquier caso después del patinazo del jueves, tan inusual en el canario.

Ese subidón de Fitzpatrick cuando llegó a su bola en el 18 y echó cuentas

La vuelta de Quirós ha tenido de todo y todo muy entretenido. Un inicio muy malo con bogey, después de su vuelta inmaculada de ayer. Un rebote inmediato (birdies en los hoyos 2 y 3). Un recital en los greenes (purito de birdie en el 5 y otro más para salvar el par en el 6). Un grueso manojo de golpazos con los hierros (por ejemplo, los de los hoyos 7 y 8, rematados con sendos birdies). Un ‘tramo Seve’ en los hoyos 12, 13 y 14, donde fallaba todas las salidas, sacando dos pares muy buenos (12 y 13), aunque bien pudieron ser birdies, aliado con la suerte y después de pegar fantásticos golpes de aproximación, y un birdie en el 14, también después de otro golpazo desde el desierto… Y un final avasallador con birdies de manual en los hoyos 16, 17 y 18. ¿Alguien da más?

El de Guadiaro había salido al campo a jugar con una idea grabada a fuego: diseña el golpe y ejecútalo sin darle ni una sola vuelta al asunto cuando estés sobre la bola. Y, lo que es mejor, ha sido capaz de ponerla en práctica. Después, claro, errores salen aquí y allá, y lo cierto es que hoy no ha sido su mejor día desde el tee, la piedra angular de su juego. Pero está en ebullición y Dubai es su paraíso. Veremos.

Quirós y Campillo: la sutil habilidad de ver la botella medio llena

Campillo, por su parte, y ya que el putter aún no termina de ponerse al rojo, pareció haber tomado la decisión de dejarse dados los birdies, si es que esta decisión pudiera tomarse en golf: cerca del hoyo en uno en el 11 después de dibujar una corbatita en la cazoleta, a un palmo en el 14 y nueva corbata en el 6… Una locura.

Arnaus firmaba hasta diez pares consecutivos y luego ponía en marcha la máquina, dando toda una lección de paciencia, virtud que es una de sus armas principales, tal y como ya ha quedado explicado estos últimos días. Y Larrazábal, después de una charla técnica con su hermano Alex la pasada noche, recomponía la figura y remataba una ronda con nueve birdies.

Ya es raro que Sergio califique como «recital» su juego…

Un festival por todo lo alto. Una jornada y un turno matutino memorables. Un terremoto español en Dubai. Otro más

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