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A un paso de las arenas movedizas y con una venda en los ojos

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Álvaro Quirós durante la segunda jornada en Royal Golf Dar Es Salam. © Golffile | Phil Inglis
Álvaro Quirós durante la segunda jornada en Royal Golf Dar Es Salam. © Golffile | Phil Inglis

-Que te digo yo que no.

-Que te digo que sí.

-¿Seguro?

-Ya lo verás, seguro que sí.

Esta es la conversación que, más o menos y por resumir, traían Robert Karlsson y Álvaro Quirós saliendo del hoyo 18 y refiriéndose al corte. El sueco, con un +6 en la mochila, le decía al español que su +4 iba a estar dentro, como así fue. Incluso el +5 pareció llegar a tener opciones…

Y ahí, en +4, había frenado la sangría a tiempo Quirós. Y hasta ahí, hasta +4, había recuperado terreno Adrián Otaegui, cuando ya nadie daba un duro por él después de haber pasado los primeros nueve hoyos de la vuelta con 43 golpes, casi sonado y horrorosamente frustrado.

Cañi tira de rentas, aprieta los dientes y sigue en el meollo de la pelea

Al andaluz nada parece consolarle. No se ve cada semana luchando sólo por pasar cortes. Pero el caso es que, en un campo muy exigente y en una jornada de perros, jugando además en el turno más duro, ha roto la espantosa racha de cinco cortes fallados consecutivos que traía.

Campillo se marchaba frotándose las manos…

Lo del vasco ha sido una historia casi surrealista. Pasado el hoyo 9 fue plenamente consciente de que esta semana no pasaba el corte, después de hartarse de fallar greenes desde el centro de la calle. Iban cayendo los bogeys uno detrás de otro, sepultando cualquier atisbo de reacción.

Vídeo | Prueba superada: era el indio, no el arco o las flechas

Sin embargo, yendo al tee del 12 pensó que, si era capaz de darle la vuelta medianamente al asunto, algo bueno sacaría de ello, mirando ya hacia próximas semanas. Así que se puso un pequeño e ingenuo reto: a ver cuántos birdies soy capaz de hacer de aquí al final. Y cayeron cuatro. Los suficientes para meterse en el fin de semana, con redoble de tambores incluido, puesto que el último lo conseguía en el 18, embocando un putt de metro veinte, a todo o nada, aunque, todo sea dicho, en aquel momento él pensaba que ni por esas entraba.

El caso es que Cañi se puso ahí, como si tal cosa, a verlas venir…

De nada hubieran servido las buenas intenciones si no hubiera encontrado una sensación en el tee del hoyo 14. Cogió al vuelo y por el cuello a la musa y la cosa salió bien (VER VIDEO).

Hasta ahí, hasta ese dichoso +4, se asomaba Pedro Oriol (+5) a falta de un solo hoyo, pero terminaba fallando un putt de unos dos metros para salvar el par en el 9, el último de la ronda. Duro y cruel.

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