– El mejor partido en la primera jornada del campeonato del mundol Match Play fue, de largo, el protagonizado por Matt Kuchar y Zach Johnson, con sendos parciales de -6 y una suma total de quince birdies. Pero quienes fueron probablemente los dos mejores jugadores en el campo se marcharon al hotel con sólo medio punto y con la obvia certeza de que los birdies de ayer ya no cuentan para hoy o para mañana, como sí ocurre en medal, donde el botín siempre es acumulable. Esa es la magia del match play: todo es presente. Aquí y ahora.
La pregunta que cabe hacerse es: ¿habría sumado ayer Zach Johnson ocho birdies en un torneo medal? Probablemente no. Venía remontando y la ‘desesperación’ agudiza el sentido del riesgo y libera el putter en los greenes, porque muchas veces no hay que pensar en el de vuelta.
Sergio: latigazos de genio para roer un hueso muy duro
– Sólo cuatro jugadores hicieron más birdies que Sergio en la primera jornada del Dell Match Play. El español sumó seis, aunque este tipo de datos o análisis hay que cogerlos con pinzas, ciertamente, cuando se trata de este formato, pues hay birdies que se dan (Sergio, por ejemplo, no tuvo que patear en el 11 desde unos dos metros). En todo caso, sirven para hacernos una idea. Sólo cuatro, decíamos: Matsuyama (7), Kuchar (7), Zach Johnson (8) y Bubba (7). El dato dice mucho y bueno del momento del español y también del de Sharma, su rival, que es una auténtica bomba de relojería gracias a su finura en losa greenes.
DJ y McIlroy, los primeros bombazos en Austin
– De Expediente X es lo de Dustin Johnson. Si a Bernd Wiesberger le dicen en el tee del 1 que iba a ganar su partido contra el Número 1 del mundo jugando claramente por encima del par del campo (el austriaco firmó dos birdies y cuatro bogeys) se hubiera muerto de la risa. Habrá que estar muy atentos a lo que hace Johnson en la segunda jornada ante Adam Hadwin, porque es cierto que sus resultados en 2018 bien los quisiera cualquiera (una victoria y cuatro top-ten), pero también lo es que ha perdido el aura de imbatibilidad. Dicho de otro modo: le basta con lo justo para terminar arriba cualquier semana, pero ahora mismo no se le ve tres peldaños por encima del resto, como llegó a estar el año pasado por estas fechas. Ya se sabe, a los ‘megacracks’ los miramos con lupa y se les exige más…
– El Austin Country Club no es ninguna perita en dulce. En Texas están los mejores del mundo y ayer fueron menos de la mitad (30) los que ganaron al campo. Nunca termina uno de domar esos greenes tan movidos. Si no estás en la plataforma buena tienes una aventura por delante…
– Entre japoneses anda el juego de los vaivenes. Muy pocos anduvieron ayer mejor que Miyazato, que sumaba seis birdies y dos bogeys. Pero delante tenía a su compatriota Matsuyama, que se apuntaba siete birdies y sin errores. Otro que se marchaba del campo con cara de tonto. Otro nipón, Ikeda, sin embargo, no se ha visto en otra igual: ganaba a Ross Fisher el partido de los despropósitos con un resultado que en medal habría rondado el +3 ó +4…
Rafa tapó todos los huecos a Kodaira
– Estos fueron los jugadores que ganaron sus partidos con tarjetas por encima del par: Reed, Poulter, Ikeda, Wiesberger, Casey y Stanley. Que les quiten lo bailao. Spieth, Cabrera Bello y Schauffele, por su parte, vencieron con tarjetas que rondaban el par del campo. Que siempre sean así los días menos brillantes, pensarán.
– Y sólo cinco jugadores terminaban la jornada sin ningún bogey en la tarjeta: Hatton, Matsuyama, Smith, Noren y Uihlein. El mejor resultado medal del día fue para Hideki Matsuyama (-7) y habrá que preguntarse si no es el regreso triunfante del japonés, que no está viviendo un principio de año 2018 especialmente brillante… Aunque mejor no preguntarse nada en la semana del campeonato del mundo match play, según estamos viendo, porque la electricidad corre de otra manera y bajo otros impulsos.
