Xander Schauffele (-14) asciende varios escalones más en su ya magnífico estatus dentro del golf mundial después de ganar el World Golf Championship HSBC y, sobre todo, después de hacerlo como lo hacen los grandes jugadores: apretando como nadie en la ronda final, mostrando carácter y determinación en los momentos cruciales de la jornada y, en definitiva, siendo el mejor justo cuando había que serlo.
📹 Lo mejor de la última ronda en el WGC HSBC Champions de Shangai
El californiano ha entregado el mejor resultado del día en el Sheshan International saliendo en el partido estelar, un señor 68 en una jornada ventosa que de nuevo ha complicado mucho la vida a todos los jugadores (la prueba del algodón: sólo se han dado tres resultados por debajo de setenta golpes). Tal resultado le llegaba para salir a un desempate con Tony Finau (-14), omnipresente toda la semana en la cresta de la tabla, al que batía en el primer envite, sacando un birdie de manual en el hoyo 18, par 5, tras patear cómodamente para eagle. Lo dicho: pulso de acero en la hora de la verdad.
📹 Una carambola increíble que no tuvo castigo para Schauffele
Si algo ha demostrado Schauffele en su incipiente carrera (apenas lleva tres años como profesional) es que está hecho para las grandes citas. No le tiemblan el pulso ni las piernas. Se dio a conocer en el US Open de 2017, donde terminaba quinto, ganó el torneo final de la FedEx Cup, el Tour Championship, ese mismo año y en 2018, a pesar de no haber ganado hasta ahora, había sido segundo en el THE PLAYERS, sexto en el US Open y segundo en el British Open…
Algo pasa en Estados Unidos con la quinta de 1993, a la que pertenece este jugador (cumplía 25 años el jueves pasado). ¿Qué azarosa y maravillosa alineación de los planetas se dio aquel año al otro lado del charco? En abril de 1993 nacieron Justin Thomas y Daniel Berger, en julio lo hizo Jordan Spieth, en septiembre Bryson DeChambeau y en octubre Xander Schauffele. A ellos podríamos añadir a Michael Kim (nació trece días antes que Spieth), otro niño prodigio que destacó sobremanera en sus años de amateur y al que le está costando más llegar arriba, pero que este verano ganaba por paliza el John Deere Classic, su primer y revelador triunfo en el PGA Tour… De los seis citados, cuatro andan perfectamente acomodados en el top-15 del mundo, todos menos Berger (número 51) y Kim (número 240).
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Es curioso, porque todos ellos son además jugadores con una personalidad potente y muy marcada. De los que por una u otra causa dejan huella. Muchachos sin complejos y que también encarnan, al menos en apariencia, los grandes valores del deporte. Da la sensación también de que la estela de cada cual realimenta a los demás, se van empujando unos a otros, son a la vez modelo para el resto del grupo y listón a batir. La bola de nieve crece y crece y no debería extrañar en absoluto que en un futuro muy cercano este grupo forme algo así como la mismísima mitad del equipo estadounidense de la Ryder Cup…
Tony Finau (-14) no nació en el 93, ni falta que le hace seguramente. Pero el caso es que sus arrolladoras capacidades todavía no le llegan para sumar triunfos en cascada. Parece mentira que sólo lleve una victoria en el PGA Tour (Puerto Rico Open 2016). No obstante, será cuestión de seguir esperándolo. Y Justin Rose (-10), por su parte, el tercero en discordia, se dejaba sus opciones de victoria y de número 1 del mundo, en un final con dos bogeys en los últimos cuatro hoyos.
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A Rafa Cabrera Bello (-3) le ha ocurrido algo similar a lo del sábado, pero en versión más atenuada, afortunadamente. Sellaba una primera mitad de recorrido fantástica con un parcial de tres menos, lo que le llevaba a coquetear con el top-5 e incluso con algo más, pero luego perdía algo de fuelle y ponía un broche negro con sendos bogeys en los dos hoyos finales que lo sacaban del top ten. El canario, a pesar estos dos finales de vuelta tan amargos durante el fin de semana, ha completado un torneo sólido y convincente y, todavía en octubre, encarrila otra buena temporada en el PGA Tour.
Jon Rahm (+1) ha vuelto a ganar al campo en la ronda final (vuelta de 71). Y no es poca cosa, pues sólo trece jugadores lo han conseguido. Lo cierto es que ha remontado cerca de cuarenta posiciones en las dos últimas vueltas, aunque, conociendo el paño, este resultado dentro del top-25 no le habrá dejado muy satisfecho. Jorge Campillo (+10) ha demostrado que su juego de tee a green en realidad ha estado muy por encima de su resultado final (aquel quíntuple bogey del sábado lo empaña y confunde todo) y Adrián Otaegui (+11) ha pagado hoy el peaje de ir un poco en plan kamikaze, sin nada o muy poco que perder (tan sólo cazaba seis greenes en regulación).
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