Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2018 Esta vez la masacre corrió a cargo de Rafa…

Esta vez la masacre corrió a cargo de Rafa…

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Rafa Cabrera Bello, durante su primera ronda en Augusta.
Rafa Cabrera Bello, durante su primera ronda en Augusta.

Rafa Cabrera Bello (-3) ha rubricado un sensacional inicio en el Masters. El jugador canario se ha colocado en el top 5 del torneo con una espléndida vuelta de 69 golpes, su mejor resultado de siempre en Augusta. Una muesca más que añadir a su cinturón. Al fin consiguió bajar de 70, y eso que no fue precisamente un día fácil, ni cuesta abajo, sino más bien todo lo contrario. Tocó armarse de paciencia, sacar la coraza de acero de la confianza y remar de lo lindo.

Rafa Cabrera Bello ha bajado por primera vez de 70 golpes en el Augusta National

La jornada comenzó difícil. Arrancaba con bogey en el hoyo 1 después de pegar un tiro extraordinario que acababa sólo un poco más por la izquierda de lo que buscaba. No pudo hacer la recuperación. Revés inicial, aunque tocaba recuperarse.

Sin embargo, el hoyo 5 le soltaba un nuevo mazazo. Otra vez el hoyo 5. Su némesis en Augusta. Su gran enemigo. El mismo hoyo 5 que le hizo descarrilar en la tercera jornada de su primer Masters en 2016, justo cuando se había metido en la pelea por los primeros puestos tras un soberbio arranque. Entonces hizo cinco putts desde el antegreen y acabó encajando un doloroso triple bogey. “Me ha masacrado, ha destruido mi vuelta”, confesaba entonces el canario.

El hoyo 5 volvía a castigar al canario con un doloroso tripateo desde un metro

Hoy la historia fue similar. Su segundo golpe acabó por la derecha, firmó un buen approach y tres putts desde un metro. Cruel. Otro gancho al mentón. Doble bogey. En cinco hoyos se colocaba +3, y con la presión extra de estar jugando con el Número 1 del mundo y Justin Rose. Rafa ha hecho sólo en tres ocasiones en Augusta un resultado peor que bogey y dos de ellas ha sido en el 5.

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Sin embargo, han pasado dos años desde 2016 y la evolución de Rafa como jugador ha sido excepcional. Aquel era un debutante en Augusta y éste es un top 20 mundial que le ha cogido el gusto a pegarse con los mejores en las citas más importantes y que no está por la labor de bajarse del caballo. Esta vez el hoyo 5 no le masacró la vuelta, sino que fue al revés. Cabrera es quien tenía preparada la masacre.

Los seis birdies en once hoyos fueron cayendo de manera orquestada, como si fuera una preciosa sinfonía

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Su reacción fue soberbia. Hizo birdie en el hoyo 7, el más difícil del día en Augusta, y rubricó una secuencia fabulosa de seis birdies en once hoyos. Fueron cayendo de forma orquestada, como si fuera una preciosa sinfonía: en el 10, 13, 15 y 16. Lo cierto es que su putt ha rendido a un nivel fantástico. Es curioso, tras tripatear desde un metro, se ha puesto a escupir fuego.

Es una simple y contundente demostración de lo sólida que está la confianza de Rafa. Resetea y mira hacia delante. No hay daño más allá. Entre los muy buenos putts que ha metido hay que destacar el del 7 (seis metros), 16 (ocho metros cayendo en el hoyo en la última vuelta) y el 13 (cuatro metros y medio). Además, metía un excelente putt de par de tres metros en el 17, nuevamente con suspense, cayendo al hoyo en la última vuelta. Qué bien se siente Rafa en los greenes que ruedan como una mesa de billar…

El putt de birdie del hoyo 16 de ocho metros fue una auténtica delicia y recordó en parte al mítico chip de Tiger en 2005 

Así las cosas, Cabrera Bello ha ganado la partida a los dos gigantes de su partido, Dustin Johnson (+1) y Justin Rose (PAR), y se ha colocado en la cuarta posición, a tres golpes del líder, Jordan Spieth. Con buen criterio, los aficionados americanos conocen perfectamente a Rafa, tal y como admitía su padre en el diario que está escribiendo desde Augusta para Tengolf.

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Rahm (+3) persigue un clic que ha despertar de nuevo a la bestia

La cruz en la jornada de tarde en Augusta ha sido para Jon Rahm (+3). El golfista de Barrika ha entregado una tarjeta de 75 golpes donde, sin jugar mal, no ha sido capaz de crear su momento durante la ronda. Le faltó esa explosividad tan suya, capaz de encadenar varios birdies casi sin respirar. Aprovechó tres de los cuatro pares 5, pero cometió muchos bogeys. El doloroso remate fue un putt de bogey de un metro que se le escapó en el hoyo 16 después de pegar un tirazo tras marcharse al agua. En cualquier caso, se le ve tranquilo, seguro y confiado, a la espera de que se produzca de nuevo ese clic que despierte a la bestia.

Algo muy bueno ha tenido que hacer Olazábal para salir vivo y coleando…