El putt no quiso entrar en el hoyo 1, ni en el 2, ni en el 3, ni en el 4, ni siquiera en el 5… Todos fueron opciones de birdie de menos de cuatro metros. Pero nada. Al mismo tiempo, por delante y por detrás, Bellerive no hacía más que rugir. Rugía con Tiger Woods, rugía con Brooks Koepka, rugía con Justin Thomas, rugía con Jason Day… Rugía y rugía. Birdies y más birdies. Pero Jon Rahm (-9) no podía abrir la lata.
DECLARACIONES: “El trabajo mental me sigue manteniendo en equilibrio”
No hace mucho tiempo al de Barrika le habría costado asimilar algo así. Es un jugador agresivo, de birdie, un purasangre al que le cuesta sujetar las bridas cuando la pradera por delante es plana y extensa… Habría sido fácil forzar la máquina, perder la paciencia y comenzar a cambiar el plan de juego a la caza de banderas prohibidas o buscando tiros imposibles en busca del doble tirabuzón. Una especie de ruleta rusa del ansia que a veces le salió bien y otras no.
Jon nunca llegó a un domingo en un Grande tan bien colocado como lo está en este PGA Championship
Sin embargo, este PGA Championship nos está dejando una versión nueva de Jon. Es el Rahm más paciente, contenido, calmado, bajo control. No se sale del plan. Aguarda su oportunidad sin cambiar el gesto. No lamenta su suerte como si no hubiera mañana, o al menos lo hace de manera más serena. Es un Jon que se está creando su propia zona y que transmite una sensaciones extraordinarias. Es una nueva dimensión de jugador.
VÍDEO: El gesto de honestidad de Jon que acabó en penalidad
Este Jon paciente luchará este domingo por ganar el PGA Championship. Hoy, después de tanta opción de birdie al limbo, su ‘karma’ obtuvo recompensa. Ni siquiera se retorció cuando se le escapó el birdie en el hoyo 8 desde apenas un metro y justo después de hacer birdie en el 7. Fue un pinchazo agudo, muy molesto, pero sin más. Sabe que las vueltas son largas y que hay que cocinarlas muchas veces a fuego lento. Los Grandes no se ganan en dos, tres o cuatro hoyos, pero sí se pueden perder. Ahí está la clave. Y Jon, con la experiencia y su aprendizaje a contrarreloj, lo está asimilando.
VÍDEO: Eagle galáctico de Cabrera Bello en el hoyo 17
En los segundos nueve hoyos no tuvo opciones tan claras de birdie como en los primeros, y sin embargo fue ahí donde construyó su gran vuelta de 66 golpes. Con la paciencia. Hizo birdie en el 10 desde algo menos de tres metros, luego llegó el del 16 tras embocar el gran putt del día de unos diez metros. Acto seguido logró el birdie en el 17 con un buen putt de metro y medio y cerró su segunda ronda consecutiva en el PGA sin bogeys. 36 hoyos consecutivos. Control.
Rahm se ha creado su mejor opción para ganar un Grande. Ocupa la tercera posición a tres golpes de Brooks Koepka (-12). Hasta ahora, su mejor ofensiva fue en el Masters de Augusta y el domingo salió cuarto a seis golpes de Patrick Reed. Aquello en Georgia sonaba a épica, pero esto es una oportunidad contante y sonante. Saldrá en el penúltimo partido del día junto a Rickie Fowler (-9), mientras que en el partido estelar estará el citado Koepka como líder en solitario y Adam Scott (-10), a dos golpes. Dio la sensación por momentos que Koepka estaba rompiendo el torneo. Llegó a ponerse -13 después de trece hoyos, con cinco de ventaja sobre el segundo clasificado, sin embargo, dos bogeys seguidos en los hoyos 14 y 15 (un gran bogey este último después de que su bola se quedase tras un árbol y tener que dropar con penalidad) y un buen arreón final del resto de candidatos estrechó la clasificación.
Un top ten de fábula
El domingo que se ha creado el PGA Championship es de película. Un vistazo al top ten pone la carne de gallina al más frío de los aficionados. Tomen buena nota: Koepka (-12), Scott (-10), Rahm (-9), Fowler (-9), Woodland (-9), Tiger (-8), Thomas (-8), Day (-8), Schwartzel (-8), Cink (-8) y Lowry (-8). O lo que es lo mismo: siete ganadores de Grandes y cuatro Números 1 del mundo. Suenan tambores de fiesta en St. Louis. Es el domingo con el que tantas noches soñó de pequeño Rahm, peleando por ganar un ‘major’, con los mejores del mundo… y Tiger Woods.
Paso al frente de Rafa y ofensiva del top 10 mundial
En este top ten, obviamente, destacan los nombres de Scott, que se ha vestido con el traje del Ave Fénix. Es la primera vez que llega a un domingo tan bien colocado desde el Masters que ganó en 2013 y no ha firmado un top 5 en casi los dos últimos años.
Tiger Woods, a la vieja usanza
También destaca, claro, Tiger Woods. Sus ochos primeros hoyos del día del movimiento han sido de fábula, con cinco birdies y un bogey. Un ataque a la vieja usanza. Después se quedó algo parado, pero hay que contar con él. Busca su quinto PGA, algo que sólo tienen Walter Hagen y Jack Nicklaus. Y lo hace con dos días seguidos sensacionales. Ha firmado dos 66 el viernes y sábado, algo que sólo había hecho antes en un Grande en dos ocasiones, en el Masters de 1997 y en el de 2005. Ambos los ganó. Tiene el putt caliente y ya sabemos lo que pasa cuando Woods saca brillo a su estoque.
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Hoy el asunto estaba de birdie y había que andar muy fino para no perder el paso. Por el camino se quedaron Dustin Johnson (-5) o Rory McIlroy (-2). No era una jornada para tener piedad de nadie.
En cuanto a los otros dos españoles que pasaron el corte, Rafa Cabrera Bello (-3) está en el top 40 tras firmar una vuelta de 69 golpes, con el momento estelar de su eagle en el 17. Mientras, Adrián Otaegui (-1) hizo también 69. Ambos tendrán este domingo una nueva oportunidad de crecer en la clasificación. Rafa sigue teniendo la Ryder entre ceja y ceja y le vendría de perlas una gran jornada final.
