Sergio García (+4) no ha comenzado de la mejor manera este PGA duro de pelar. Vuelta de 74 golpes en un Bethpage Black que, tal y como veníamos avanzando, puede llegar a castigar muy duro a quienes no vayan por el sitio.
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El español tiene su propia lectura de lo sucedido, que además no difiere demasiado de lo que se ha visto desde fuera: no ha pegado bien al driver (es cierto, pues fallaba la mitad de las calles) y esta semana no hay opción alguna desde el rough.
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Sin embargo, hay un matiz de enorme importancia que es necesario señalar. Es verdad que Sergio ha sufrido desde el tee mucho más de lo que acostumbra, y cuando eso ocurre, el de Borriol, con honestidad irreprochable, no busca otras explicaciones. Sin embargo, con todo y con eso, aún podía haber sacado un resultado mucho mejor de haber estado certero en los greenes. Los datos no mienten: Sergio ha fallado hoy hasta cuatro putts de metro y medio o menos de distancia para salvar pares, otro de metro y medio (hoyo 18) para birdie y uno más (hoyo 17) de unos dos metros, también para birdie.
A Sergio le ha fallado el plan A, por tanto, que pasaba de entrada por pegarle bien desde el tee, el punto más fuerte de su juego. Pero es que además se le ha atascado el paracaídas. Y en estos campos y estos torneos, es de vital importancia minimizar errores en los días malos, o no tan buenos, y exprimir todo el zumo a esos momentos destacados de la vuelta, porque de esos también ha habido unos cuantos.
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Sea como sea, el caso es que el castellonense sigue sin cogerle el hilo a los Grandes. Su situación tampoco es desesperada, puesto que el corte mañana podría irse tranquilamente hasta ese +4 en el que ahora mismo está Sergio. Necesita una vuelta sólida, pero no épica. Necesita mejorar desde el tee, es cierto, pero también poner al putter de su lado. Y es que hoy sólo ha hecho un birdie, enchufando un putt de tres metros, cuando en estos greenes, rápidos pero nobles, se ha visto a mucha gente metiendo buenos puritos de cuatro, cinco y seis metros.
