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El albatros de Jiménez en el hoyo 17 de Valderrama

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Miguel Ángel Jiménez. © Golffile | Fran Caffrey
Miguel Ángel Jiménez. © Golffile | Fran Caffrey

Volvo Masters de 1994. Sí, el mismo torneo donde ocurrió la anécdota de Seve Ballesteros y la topera más famosa del mundo. Aquello fue el domingo. Esta vez nos vamos a centrar en algo que ocurrió el viernes. Día 28. El protagonista es Miguel Ángel Jiménez.

El malagueño había estado liderando el torneo durante toda la segunda ronda, pero un tropiezo en forma de doble bogey en el hoyo 13 y un bogey más en el 16, unido a la salvaje exhibición aquel día de Bernhard Langer (hizo 62 golpes y rubricó el récord del campo), le hizo perderse en la clasificación. Su nombre desapareció de las pizarras…

Así se plantó en el hoyo 17. Seguramente no es el hoyo más bonito de Valderrama (en este sentido es difícil batir al hoyo 4), pero sin duda es uno de los más emblemáticos. Se trata de un par 5 en el que hay que jugarse el pellejo para llegar de dos y darse una buena opción de eagle. El green está blindado por un lago frontal, un arroyo por la izquierda y varios búnkers. Hay que ser valiente y terriblemente certero.

Graeme McDowell también haría años más tarde un albatros en ese hoyo 17. © Golffile | Fran Caffrey
Graeme McDowell también haría años más tarde un albatros en ese hoyo 17. © Golffile | Fran Caffrey

Jiménez pegó una buena salida y se puso a hacer cuentas. Tenía 191 metros al trapo. La distancia era perfecta para su hierro 3, pero claro, en este instante, no estaba precisamente con la confianza disparada. Venía de tropezar y ver que el torneo se le ponía cuesta arriba. No obstante, si algo rebosa en el Jiménez golfista es precisamente valientía. No le tiembla el pulso. Agarró el hierro 3 y allá que fue…

Pegó un golpe sublime. El golpe más famoso de la historia de Valderrama. La bola salió perfecta de la cabeza de su hierro 3, voló y voló, y pasó el agua, y botó en green a cinco metros del agujero, y rodó, y rodó, y rodó, y acabó cayendo en el hoyo mansamente… El instante justo antes de caer sientes que el tiempo se detiene mientras escuchas el clamor del público que crece en intensidad a medida que la bola se acerca. Estallido. Hizo albatros. “Se me pusieron de punta todos los pelillos”, aseguraba entonces Miguel Ángel. Y añadió: “Espero que el golpe dé la vuelta al mundo por televisión”. No sólo lo hizo, sino que 23 años después aquí lo estamos recordando aún con la piel de gallina.

Jiménez estaba a cinco golpes y de golpe y albatros se puso a dos de Langer. El alemán acabaría ganando el torneo el domingo tras una dura e intensa batalla contra el propio Jiménez y Seve Ballesteros. Pero la gloria, el recuerdo histórico, siempre pertenecerá al jugador de Churriana. De hecho, hay una placa en el tee del hoyo 17 que recuerda su hazaña. Años más tarde, Graeme McDowell también hizo albatros en ese mismo hoyo, impresionante, aunque el primero, para siempre, será Jiménez.