Álvaro Quirós está pasando su pequeño calvario por culpa de un quiste en una de sus muñecas. "No quiero que sirva como excusa, por favor, pero la verdad es que en el Open de España lo pasé mal porque la única manera de quitarme el dolor era infiltrándome y yo no quería…
Así que salí a jugar y, casi como un acto reflejo, te proteges de alguna manera de ese dolor y tu juego lo nota. Después, en la segunda jornada, me dejó de doler, pero había perdido un poco el swing…".
Álvaro no pasó el corte en Madrid y en Italia, una semana después, la cosa mejoró, hasta el punto que llegó a la última vuelta, el pasado domingo (sólo se jugaron 54 hoyos), con serias posibilidades de apuntarse su segundo torneo en el circuito europeo, lo que hubiera sido un auténtico 'pelotazo'. "Lo importante es estar ahí", afirmaba ayer mismo, aunque como todo buen profesional, quizá se le note aún cierto sabor agridulce por no haber podido rematar la faena. Él , en cualquier caso, sigue pensando en aquello de disfrutar cada momento y estar agradecido a lo que se tiene, sea más o sea menos.
Por cierto, que en su estancia en la capital de España, el joven jugador pudo cumplir uno de sus sueños. El Atlético de Madrid, el club de sus amores, le invitó a ver un partido (Atlético-Betis) y, además, le regalaron una camiseta con la firma de todos los jugadores. "La verdad es que me hizo muchísima ilusión. El partido no fue muy bueno y el Atleti empató en casa, pero a mi me encantó estar allí", confesaba este Quirós, que nada tiene que ver, en cuanto a familia, con otros Quirós que también son profesionales del golf. "Hay tres ramas de Quirós. Está la de Juan Quirós, profesional hace mucho tiempo y que tiene dos sobrinos, Raúl y Daniel, que también lo son. Por otro lado está la rama de Manuel Quirós, también profesional, pero que no es familia de los primeros, ni tampoco mía. Y luego estoy yo. La gente, si no nos conoce mucho, a veces se hace un lío y la verdad es que da igual, pero bueno, siempre es bueno aclararlo porque cada uno es de su padre y su madre…", decía con gracia el jugador.
La mayoría de estos Quirós, en todo caso, sí proviene de una de las mejores canteras de Andalucía y España, la de La Cañada, ese club de golf que surgió de la voluntad inquebrantable de algunos caddies y trabajadores del pueblo gaditano de Guadiaro. "Yo me sigo quedando alucinado con lo que se hace allí, cómo se cuida a los niños, el ambiente de golf que hay…
Es impresionante. Para mi La Cañada fue el comienzo de todo, y no sólo para mí, porque de ahí han salido grandes profesionales. Mi padre, que es jardinero, no podía permitirse pagar un club de golf de otro tipo, pero La Cañada sí, así que imagínate si ha sido importante en mi vida y en mi carrera". Precisamente, cerca de La Cañada, en un club de fama mundial, Valderrama, se cierra cada año la temporada del circuito europeo con el Volvo Masters Andalucía, gran objetivo de todos los profesionales del circuito y por supuesto, de un andaluz y gaditano como Álvaro. "Si es que yo vivo a tres minutos y medio de Valderrama, si es que llega… Jugar allí me hace especial ilusión por mi familia, porque estaríamos como en casa, y sobre todo porque significaría que la temporada ha sido buena y he seguido consiguiendo buenos resultados. La victoria en Sudáfrica no me asegura estar allí, porque es uno de los torneos con los premios más bajos, así que tengo que seguir haciendo resultados para llegar al Volvo".
Que así sea. Y ojalá que Álvaro, en el hoyo 17 de Valderrama o en el campo de prácticas de La Cañada, sea donde sea, siga disfrutando con esa naturalidad y frescura, agradecido a lo que tiene cada minuto de su vida…
