Cada uno con su gran vuelta guardada en el bolsillo. Pablo Larrazábal (-6, 66 golpes), Jorge Campillo (-8, 67 golpes) y Adri Arnaus (-8, 68 golpes) han desfilado hoy jubilosos por la pasarela de Dubai nada firmar sus tarjetas. Cada uno contaba su historia, todas con enjundia, para ayudarnos a interpretar este fabuloso desmadre de la Armada este viernes en el Emirates Golf Club.
CRÓNICA: Quirós, epicentro del terremoto español en Dubai
Pablo Larrazábal se acordaba de su hermano. Anoche intercambió varios mensajes con él y dieron con la tecla para mejorar los hierros, «porque ya sabemos que el driver no tiene mucha mejora», aseguraba bromista. Las claves: girar la rodilla hacia dentro y no hacia adelante durante el backswing y visualizar más el golpe, interiorizarlo, hacerlo suyo. Mano de santo. Así lo explica él.
Jorge Campillo ha sacado el arco a pasear. Ha dado una exhibición con los hierros, mientras que el putter ha tenido más bien luces y sombras. Bien en los primeros nueve y más parado en los segundos. Merece la pena escuchar la narración de Campillo de esas tres bolas que han estado a punto de ser un hoyo en uno y dos eagles desde la calle. Con el arco…
Adri Arnaus tiene temple. Cuando hace falta paciencia también la derrocha. Hoy era uno de esos días que la vuelta podía descarrilar o remontar después de 10 pares seguidos. El hoyo 11 encendió la mecha y ya no paró. Que no lo pierdan de vista el fin de semana. Él sigue mirando hacia arriba. Lo mejor es que lo escuchen a él.
