Cuadro surrealista de 2013 en veinte trazos desiguales y desordenados (III)
Cuarenta minutos en un coche de cortesía en Dubai junto a Miguel Ángel Jiménez, la semana de la Final de la Race en el Earth course del Jumeirah. Rostro grave que roza la preocupación.
El malagueño lo dice siempre que puede: «el golf lo es todo en mi vida», y no le vienen bien dadas últimamente con el golf, así que no puede sentirse plenamente feliz o satisfecho.
Lleva en la mochila una serie horrorosa de resultados que lo tienen desquiciado. 74-75-75-73-75-76-70-74-73-71-73-73. Son sus últimas doce tarjetas cosechadas en los tres primeros torneos de las Series finales, donde su mejor puesto ha sido un 60º en el BMW de China. Parcial de +18.
Algún retazo de buen humor, sí deja. «Hombre, no sé si habrán construido más casas por aquí, pero hay una cosa que ha cambiado, han quitado la mitad de los badenes, menos mal, qué ‘jartible’ era…», comenta mientras el coche da menos botes de los habituales por la avenida de entrada al club.
Nos bajamos del coche y lo último en lo que se puede pensar es que terminará el año con otra victoria. Pero los planes de Miguel son inescrutables y su fe insondable. De hecho, al final de esa semana parece que la tormenta ya ha pasado… Termina octavo y entrega dos 66 en segunda y tercera jornada.
Otros trazos…
Y de repente, se alinean las estrellas…
Angela Stanford, hasta el moño de la Armada…
Absténganse de probar los hándicaps altos…
Probablemente el vídeo del año…
