Hola, amigos ¡Feliz año nuevo!
Quería compartir con vosotros cómo han sido estos últimos meses tan intensos, con las dos escuelas (LPGA Tour y LET Tour) y los objetivos que tengo marcados para 2022.
El balance tengo que decir que ha sido positivo, pero también lleno de aprendizaje. Teníamos tres planes, A, B y C, y al final el que ha salido es el C. Jugar las dos escuelas te abre un poco los ojos. El no haber conseguido tarjeta este año ha sido lo que tenía que ser, es decir, si no estoy preparada para pasar una escuela significa que no estoy preparada todavía para jugar en el Tour por muy bien que yo me encuentre como jugadora. Y en eso es en lo que estoy centrada ahora mismo, en analizar, ver dónde hay que mejorar y afrontar este año que entra de la mejor manera posible, tenga lo que tenga.
Jugaré mucho el LETAS (Ladies European Tour Access Series), ojalá tenga bastantes torneos en el LET y también intentaré combinar con el Symetra; pero como el calendario ha salido hace muy pocos días, tampoco puedo contaros exactamente cómo voy a tener organizado el año. Lo que sí puedo asegurar es que el plan para 2022 es mejorar las áreas donde nos hemos dado cuenta de que hay mucha mejora, donde te restan los golpes. Esas áreas a las que me refiero son los golpes de 30 a 100 metros y el putt (tanto técnica como combinación de lectura de caídas y fuerza). Lo tenemos clarísimo y el plan de entreno también.
Pero cuando hablo de áreas a mejorar no solo hablo a nivel golfístico, también me refiero a la parte mental. De este año que acaba de terminar he aprendido muchísimo, en la parte personal, en la parte profesional y me alegra saber que si no estoy ahí todavía es porque hay mejora. Me preocuparía si todo estuviera bien y no soy capaz de llegar.
Tengo muchísimas ganas de que empiece la próxima temporada, pero no os voy a engañar, no es lo que me hubiera gustado, pero como me dijo Job Sugranyes (mi caddie en la PQ del LET del que me llevo una gran experiencia): “es en el lado oscuro cuando uno aprende más y donde un jugador se forma”. Lo del año que viene no es ni mucho menos el lado oscuro, tengo la oportunidad de competir y es lo único que quiero hacer en mi vida, pero sí que me aportará mucho aprendizaje también para valorar -ojalá el día de mañana- todo lo que pueda tener.
