Hola a todos. Como ya sabéis la semana pasada jugué mi primer torneo del año en el LPGA Tour. En cierto modo, se podría decir que era mi regreso oficial al circuito, aunque había jugado ya algunos torneos el año pasado. Lo de 2022 fue como una especie de calentamiento, puesta a punto, volver a tomar contacto y lo de ahora es ya la verdad, lo que cuenta.
Las conclusiones de mi vuelta son muy positivas. Me noté muy bien, muy normal, como si no hubiera pasado tanto tiempo. Diría que estaba casi más nerviosa la semana anterior que una vez llegué allí. Me noté cómoda. No sentí en ningún momento que llevara mucho tiempo sin competir.
En la parte técnica, muchas cosas buenas también. Le pegué muy bien a la bola y, aunque cometí un par de errores tontos, no fueron por el hecho de llevar tiempo sin jugar.
Me encontré muy bien compitiendo, con buena actitud, jugué bien y únicamente me faltaron algunos detalles, ya sabéis, un putt por aquí que no fue bueno, otro driver por allá, pero por lo general bastante bien, cómoda y muy bien en el campo.
Vuelvo a jugar esta semana. Se disputa el The DIO Implant LA Open. Muchas ganas de competir otra vez. Siento que el trabajo que he estado y sigo haciendo con Edo Miquel está yendo por el buen camino. Me siento a gusto con el swing y es cuestión de seguir trabajando. Hay un dato bastante revelador de cómo estoy haciendo las cosas ahora. Es cierto que sólo llevamos un torneo, pero la media de distancia con el driver fue de 273,130 yardas, mientras que en 2021, la última temporada que jugué completa antes de dar a luz a Lucas tuve una media de poco más de 250 yardas. En este sentido hay una mejoría notable y, por supuesto, no sólo es técnica, que también, sino que hay mucho de confianza y de estar a gusto con el swing. Hay que seguir.
