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Blog de Azahara Muñoz desde el Andalucía Costa del Sol Open de España

Qué susto: un poco más y me quedo en Florida

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Azahara Muñoz
Azahara Muñoz toma notas con un clásico bolígrafo bic de varios colores. © Ten Golf

El viernes llamé a mi caddie esta semana, Chapas, Carlos López, y le dije, oye, cuidado que igual no puedo jugar el Andalucía Costa del Sol Open de España porque no me dejan salir de Estados Unidos. Me he llevado un susto importante y todo por culpa de un problema burocrático.

Estoy en pleno proceso de pedir la carta verde en Estados Unidos, que viene a ser el permiso de residencia. Es un proceso largo, tienes que esperar tiempo, hay trámites que cumplir y mientras estás en todo este jaleo no te dejan salir del país, no puedes viajar. Para poder hacerlo necesitas un permiso especial. Acudes a una entrevista, analizan tu caso y deciden si te dejan salir de Estados Unidos y cuánto tiempo.

Pues bien, aproveché el nacimiento de Lucas para pedir la carta verde. Iba a estar mucho tiempo sin viajar y era un momento perfecto. Sin embargo, todo va lentísimo en Estados Unidos después del Covid y el proceso se ha alargado mucho más de lo que podíamos pensar. Total, que se acercaba el momento de viajar a España, no tenía la carta verde y tuve que pedir el permiso especial. Eso no es algo que lo pides y te lo dan, ni mucho menos. De nuevo, tienes que esperar a tener una cita para la entrevista…

La cita no llegaba, no llegaba, no llegaba… y yo ya estaba convencida de que me quedaba en tierra. Qué susto y qué desastre. Con las ganas que yo tenía de ir a España… Pues bien, todo se arregló en el último momento. Me llegó la cita para el mismo lunes por la mañana. Increíble. Tuve la entrevista, me dieron el permiso especial para dos meses y pude viajar el martes.

Así las cosas, hoy miércoles ha sido mi primer día en el campo, en el ProAm. Creo que es la primera vez que juego en Alferini. Digo creo porque me suena que siendo muy pequeña jugué ocho hoyos en Villa Padierna y me parece que fue aquí, pero igual fue en Flamingos.

Ha sido una preparación a contrarreloj y con muy pocas horas de sueño. Estoy realmente cansada, pero bueno es lo que toca, no hay excusas. En el viaje de avión vine con Lucas encima y, claro, no dormí nada. Imposible. Lo tenía yo en brazos y no me podía dormir a ver si el pobre si iba a caer.

Ayer en casa de mis padres en San Pedro de Alcántara pude dormir algo más, pero tampoco descansé demasiado. Al llegar, como os podéis imaginar, el niño estaba loco, con mucha gente alrededor, no veía a los abuelos desde hacía ocho meses, todo había cambiado, todo nuevo y encima el jet lag. Mi madre se quedó a dormir con él para dejarme descansar a mí más, pero ahí aparece el instinto de madre. Me desperté a las doce de la noche, lo escuché llorar y ya apenas pude dormir…

En fin, es lo que hay, no es nada nuevo. Este año ya me está tocando estar un poco más cansada porque hay muchas cosas que hacer cuando eres madre además de jugar al golf. Eso sí, siempre lo digo, no lo cambio por nada y tengo muchísimas ganas de volver a jugar en casa después de no haber podido venir el año pasado por el embarazo.