El hoyo 16 de Phoenix es una locura, lo más cercano que existe a un estadio de fútbol, ya que realmente es un estadio. Lo que más me impresionó, más allá del ambiente, obviamente, es que el green es mucho más pequeño de lo que se ve en la tele.
Cierto es que no pegas un palo muy largo, no hay mucha distancia. Nosotros pegamos hierro 8 el primer día y hierro 9 en la segunda jornada. Igual el domingo se pegó hierro 7 por el viento en contra, pero no mucho más. La gran dificultad de este hoyo, especialmente para mí, que aún soy nuevo en estos campos, es calcular el viento.
Hay que recordar que estamos dentro de un estadio, por lo que apenas sientes el viento. La clave aquí es fijarte en el hoyo anterior, en el green del 15, ver cómo está el viento ahí y tomar referencias. Hay algunas banderas encima de las gradas que te echan una mano, pero no es fácil. Al final, depende del tipo de golpe que vas a pegar, no tiene nada que ver pegar una bola baja, sin que suba por encima de la grada, que darle mucha altura. El viento afecta de una manera totalmente diferente. Por ejemplo, nosotros el jueves pegamos una bola baja con el hierro 8 para mantenerla lejos del viento.
En cuanto al ambiente, a mí sinceramente me encanta, y a los jugadores también. Todo lo que sean ruido y gritos, pero con respeto, no hay problema. Igual lo de las botellas pues ya no está tan bien. A los jugadores no les molesta el ruido constante, es peor cuando todo está en silencio y de repente suena algo. Yo creo que les gusta y les motiva, como a Tom Kim el último día, pidiendo al público que gritara y animara…
Es un espectáculo y a mí me gustó mucho. No parece que estés en un campo de golf, es como entrar en una fiesta al aire libre. Por mi parte le doy un diez a ese hoyo. Cuando pegas un golpe bueno te aplauden y cuando fallas un putt igual te abuchean, pero eso forma parte de la fiesta.
«Llevar en la bolsa la camiseta de Leo Messi no es lo que más ilusión le hace a un madridista… menos mal que no era la del Barcelona»
Nuestro paso por el 16 no resultó desapercibido. Igual habéis visto las imágenes. Algo me comentó Emiliano los días previos, pero yo no sabía que iba a hacerlo. El viernes se me acercó antes de empezar a calentar, me dio la camiseta de Leo Messi de Argentina y me dijo guárdala en la bolsa. Claro, para un madridista como yo, llevar esa camiseta en la bolsa tampoco era lo mayor ilusión. Menos más que era la de Argentina y no la del Barcelona…
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Después de pegar el golpe de salida, sacó la camiseta mientras íbamos al green y se escuchaban algunos olés, algunos abucheos… Te das cuenta de que allí el fútbol, o el soccer como dicen ellos, no les va. Seguro que hubo más de uno que ni sabría lo que estaba viendo. Ahí la gente está más a la fiesta.
En definitiva, estuvo divertido y ojalá pueda volver otro año y jugando bien.
*Javi Erviti es el caddie de Emiliano Grillo en el PGA Tour
