Inicio Blogs Caddielandia Una extraña sensación de calma en medio de la tormenta

Una extraña sensación de calma en medio de la tormenta

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Pello y Francesco posan en la casa club de Carnoustie con el trofeo y la bandera del hoyo 18. © Pello Iguarán
Pello y Francesco posan en la casa club de Carnoustie con el trofeo y la bandera del hoyo 18. © Pello Iguarán

No me preguntéis por qué, pero durante toda la semana del Open Championship tuve una sensación clara de que podía ocurrir algo grande. No era un pensamiento fugaz que se me había pasado por la cabeza o la ilusión propia de estar jugando un ‘major’, no. Era convicción absoluta. Estaba tranquilo y confiado.

Curiosamente, antes de empezar el torneo, el entrenador de swing de Francesco, Dennis Pugh, me comentó lo mismo. No lo habíamos hablado antes y me hizo estar aún más seguro. Me dijo que mucho más que otras veces, tenía la sensación de que iba a pasar.

© Golffile | Eoin Clarke

El viernes, después de la segunda ronda, estuve hablando con Edu Celles, el entrenador de Jon Rahm, y le dije lo mismo. Tenía un presentimiento. Y la idea se reforzó aún más el domingo, nada más llegar a Carnoustie, antes de empezar a calentar, antes siquiera de ver a Francesco. La realidad es que lo había visto muy bien durante toda la semana. Su juego largo estaba tan espléndido como siempre y encima se encontraba pateando muy bien, en unos greenes lentos, que es donde más le cuesta normalmente. Sinceramente, era algo así como que todos los camino conducían a Roma, y Roma era la Jarra de Clarete.

Sinceramente, era algo así como que todos los camino conducían a Roma, y Roma era la Jarra de Clarete

Más allá de la emoción de ganar, del abrazo con Francesco en el green del hoyo 18 o del que nos dimos en el putting green cuando ya se confirmó su victoria, más allá de la inmensa alegría posterior en la cena con todo el equipo, creo que lo que nunca olvidaré será esa sensación absoluta de calma y tranquilidad antes y durante la última vuelta. Es difícil de explicar, pero salí al campo con la convicción de que íbamos a ganar.

Incluso cuando Tiger empezó muy fuerte, con dos birdies y se puso líder, no nos afectó. Nosotros seguimos haciendo nuestro trabajo. Fue una sensación extraña, pero muy placentera. Prácticamente hasta el hoyo 14 no tuvimos ninguna opción de birdie y salvamos unos pares muy buenos en el 12 y el 13, pero jamás tuve dudas. Mantener esa calma en cualquier torneo, aunque sea el de tu club, es muy difícil, pero hacerlo en un domingo de Open, con opciones de ganar y saliendo con Tiger Woods es algo extraordinario.

Lo que nunca olvidaré será esa sensación absoluta de calma y tranquilidad antes y durante la última vuelta

Para mí, los golpes claves de la última ronda fueron los putts de par de los hoyos 12 y 13, el drive perfecto en el hoyo 14, que nos permitió tener un wedge a green y el segundo golpe del hoyo 17, seguramente el más difícil del día. Teníamos unas 180 yardas a borde de green y 205 a la bandera y la bola salió perfecta, al sitio y botó justo donde tenía que botar. Ese tiro es muy difícil. Desde el tee pegamos la madera 3 y ya estábamos arriesgando porque poníamos un poco en juego el agua, aunque según las cuentas era casi imposible llegar. Con el driver no podíamos porque nos íbamos a la ría y con el hierro 2 nos habríamos dejado una madera 3 de segundo casi imposible. Fue la madera 3 y el hierro 2 perfectos.

Ni estaba preocupado cuando empezó el año y los resultados no salían, ni ahora estoy eufórico

El momento de la victoria fue muy bonito, estoy muy contento y feliz, pero yo soy una persona muy tranquila y es lo que trato de transmitir. Ni estaba preocupado cuando empezó el año y los resultados no salían, ni ahora estoy eufórico. Es más, sólo pienso en descansar bien estos cinco días en casa para preparar Akron y el PGA Championship, porque nos queda un final de temporada apasionante. En golf no te puedes parar, hay que seguir mejorando y aprendiendo porque si no te queda atrás, y a mí lo que me sale es estar siempre en continúa evolución. Siempre digo que lo importante es estar centrado en lo importante y para ganar el Open tienes que estar centrado en lo importante en cada momento.

Hablando de la temporada, quiero destacar la decisión valiente que tomó Francesco en Bay Hill. Allí fue donde cambió de profesor de putt

Hablando de la temporada, quiero destacar la decisión valiente que tomó Francesco en Bay Hill. Allí fue donde cambió de profesor de putt. Él estaba contento con Dave Stockton, con quien llevaba ya unos años, pero veía que los resultados no salían. Se puso en manos de Phil Kenyon y, como digo, fue una decisión arriesgada, en mitad de la temporada, en año Ryder y cuando las cosas no estaban saliendo, pero tampoco eran un desastre. Fue la decisión de alguien que quiere crecer, que quiere ser más grande.

© Golffile | Eoin Clarke

Francesco está ya a otro nivel. Yo lo vi desde el inicio de la temporada. Era un jugador que había crecido varios escalones. Su juego largo seguía igual de bien y había mejorado mucho con el approach. Lo siguiente ha sido la confianza con el putt, el equilibrio.

Ni al principio de la temporada era un desastre ni ahora es Dios

Una parte de mi trabajo como caddie es ayudar a Francesco a ver las cosas siempre con perspectiva y de la manera más positiva posible. Si algo no está bien o no funciona, claro que se lo digo, pero siempre de manera constructiva y, sobre todo, destacando las otras cosas que sí están bien. Las cosas no son blancas o negras. Por eso hablo tanto de equilibrio. Ni al principio de la temporada era un desastre ni ahora es Dios.

Siempre ha habido caddies españoles en el circuito desde que yo llegué en los 90 con Nacho Garrido, pero las cosas han cambiado mucho

Siempre ha habido caddies españoles en el circuito desde que yo llegué en los 90 con Nacho Garrido, pero las cosas han cambiado mucho. Se podría decir que ahora hay una escuela de caddies españoles y son todos muy buenos. Yo estoy orgulloso. Ahora tenemos un grupo de whatsapp donde somos más de 15 y nos ayudamos todos. También quiero compartir esta victoria con todos ellos. El profesional español lo está viendo como una salida más y la tarea del caddie es cada vez más importante y se valora más. Eso vale casi tanto como una Jarra de Clarete.