Hola a todos desde Hong Kong. Esta semana jugamos el Aramco Team Series. Han pasado ya varios días y quería compartir con todos vosotros la emoción, felicidad y orgullo que sentí en la semana de la Solheim Cup. Por si fuera poco, la Ryder Cup de Roma no ha hecho sino potenciar aún más esa gran sensación. Lo que hizo Jon Rahm, por ejemplo, en el hoyo 18 contra Scottie Scheffler, o en el fourballs del viernes con los eagles en los hoyos 16 y 18… Me hizo viajar a Finca Cortesín y se me puso de nuevo la carne de gallina.
Antes de recordar la Solheim, no quiero dejar pasar la oportunidad de felicitar a todo el equipo de Europa de la Ryder Cup por la victoria en Roma. Muy merecida. Qué torneo han hecho. Cómo hemos vibrado. Qué bien lo han trabajado y, sobre todo, qué bonita imagen de equipo han transmitido. Felicidades a todos y, en especial, a los españoles que han estado involucrados, con Jon Rahm o José María Olazábal a la cabeza.
La Solheim de Finca Cortesín no la podré olvidar jamás. En cierto modo, creo que puede ser un punto de inflexión en mi carrera. Lo que ocurrió en el final de los individuales, en los hoyos 16 y 17, contra una jugadora como Nelly Korda, ser capaz de ganar ese partido con toda la presión encima, todo eso es algo que me tengo que llevar conmigo siempre y recordarlo cada vez que me encuentra en una situación parecida. Soy capaz de hacerlo. Yo siempre lo he creído, pero es mucho más fácil cuando ya lo has hecho.
Recuerdo aquellos momentos puntuales con mucha alegría. Fue clave la consigna de Suzann Pettersen. Que se me acercara en la calle del hoyo 16 y me dijera lo que dijo, ya sabéis, es tu momento, tienes que hacerlo por ti, por mí, por el equipo, por el público y por España… me motivó mucho. Pettersen tiene esa habilidad. Sabe tocar la fibra. Con ella cerca me hago grande. Lo que me dijo, justo en ese momento, me dio fuerza. Sus charlas esa semana fueron muy importantes. Después de perder 0-4 la primera sesión de foursomes nos habló de que en la vida siempre nos vamos a encontrar baches y obstáculos y que lo más importante es levantarse. Nos recordó que aún quedan 24 puntos por jugar y nos encendió.
En cuanto al segundo golpe del hoyo 16, todo viene de un gran drive. Seguramente el mejor de la semana junto con el que pegué en el 14 para cazar el green de uno. Tenía 102 metros al hoyos y estaba muy presionada porque Nelly se había dejado una buena opción de birdie. Sabía que no había más. Tenía que pegar un buen golpe o el partido y la Solheim se iban a complicar muchísimo. Fue un tres cuartos de wedge, un 54 grados. Mi idea era jugar unos tres ó cuatro metros a la derecha de la bandera y si se cerraba un poco… no había problema. Y eso es lo que pasó. Se cerró lo justo para dejarme un putt muy corto. Creo que preparamos muy bien el golpe y lo pensamos muy bien.
Sé que nunca voy a olvidar todo aquello, especialmente la reacción del público, la emoción de la gente. Todos saben lo importante que es para mí jugar delante de mi familia, en casa, en España, con nuestro público… Fue una historia perfecta y espero que me sirva para los futuros retos de mi carrera que, como ya sabéis, son seguir ganando en el LPGA Tour y darme más oportunidades de conseguir Grandes hasta que acabe cayendo alguno.
