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Acerca de la decisión en el hoyo 11 y del imbécil del 17

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Jon Rahm y su caddie Adam Hayes. © Golffile | Fran Caffrey
Jon Rahm y su caddie Adam Hayes. © Golffile | Fran Caffrey

Es mucho más sencillo analizar a posteriori, con todos los datos en la mano, el desenlace finiquitado y las explicaciones dadas. Pero no deja de ser interesante hacer el ejercicio. Hablamos de ese momento delicado en la ronda definitiva del THE PLAYERS. Hoyo 11. Jon Rahm ha mandado en este par 5 la bola desde el tee a un bunker y, con 220 yardas por delante a la bandera, plantea un golpe con un draw pronunciado (o un hook controlado, como se prefiera) que lleve la bola circundando las ramas de los árboles que se echan encima desde el flanco izquierdo de la calle, sobrevolando el agua y a ser posible también el bunker que defiende al green en su costado derecho, para aterrizar mansamente en el green o en sus alrededores…

– Adam Hayes, su caddie, hizo lo que se entiende que un caddie tiene que hacer en tal situación, cuando además tu jugador va liderando el torneo después de darle la vuelta a un atropellado inicio de ronda. En este punto, el debate parece estéril: su actuación fue de manual, intachable desde un punto de vista profesional.

“Mentalmente no he sido el Jon que hubiese sido antiguamente”

– A partir de aquí, a lo mejor sí pueden hacerse algunas puntualizaciones. Su actuación fue impecable, lo dicho, de manual, pero quizá no fue brillante. El cuerpo nos pide a todos ponernos en este caso del lado del caddie, pero aclarada y destacada la excelente praxis profesional de Hayes, todavía queda margen para afinar la guitarra…

– Todo se decide en cuestión de segundos, no hay tiempo para sacar una libreta y apuntar los pros y los contras, pero a Adam le faltaron reflejos. Una vez expuesta la visión de la jugada más racional, que en efecto era la que él defendía, sacar la bola hacia la derecha, ganando a lo sumo unos 60 metros de distancia, y en vista de que Jon torcía el gesto, debió haber apoyado el instinto del jugador sin reservas, con todas las consecuencias, asegurándose como fuera de hacerle ver que, en efecto, él tenía razón y que aquella opción, la arriesgada, qué carajo, era que la había que tomar con siete hoyos por delante. Y que los torneos también se ganan desde el trampolín más alto, con un triple mortal y doble tirabuzón.

Rahm, la leyenda negra de Sawgrass y el golpe suicida

– Hayes ni siquiera llegó a discutir, mucho menos de un modo áspero o tajante, pero después del primer intercambio de pareceres probablemente le faltó dejarle muy claro a Jon que, puestos a bailar, nada mejor que un rock&roll. Y que si hay que cargar contra un molino de viento, se carga, codo con codo.

Por otro lado, cualquier análisis objetivo debiera concluir que ni mucho menos Jon Rahm perdió el torneo en aquella encrucijada sino más bien en los posteriores errores desde el tee. Aunque cualquier análisis subjetivo también podría valorar la influencia de aquel hecho sobre todo lo que después ocurrió…

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Vayamos con la otra cuestión. Tal y como informa Ryan Lavner en Golfchannel.com, una vez que Jon disparó en el 17 y la bola se fue al agua se escuchó nítidamente a un patán, se supone que puesto hasta las cejas, gritar: “Jon, eres basura, eres porquería”. El joven vasco, entonces, miró fijamente hacia la grada, con un rostro que mostraba estupefacción, más que enfado, pero no dijo nada. Adam Hayes, por su parte, de nuevo impecable, pidió en voz alta que alguien de Seguridad tomara cartas en el asunto (en efecto, al patán lo echaron de allí, aunque realmente era ya el último partido de la jornada y poco más quedaba por hacer, salvo seguir bebiendo y haciendo el ridículo).

Así vivimos golpe a golpe un domingo memorable en el THE PLAYERS

¿Conviene otorgar a este suceso mayor trascendencia, hasta el punto de llevarlo al titular, tal y como aquí se ha hecho? Nunca se sabe bien. Sí conviene recordar aquello de que si ladran, es que cabalgas. Y revestirlo: cuando un imbécil ladra es que las cosas van bien.

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25 COMENTARIOS

  1. Ya lleva mucho golf encima y detrás Jon como para acelerarse sin tantearse antes la ropa. Acelerar y estrellarse. Me suena. Claro que si ese ejercicio es tu profesión -tu vida, es un decir-, mejor rebobina y piensa y vuelve a plantearte la actitud recomendable. Esa actitud está en todos los personajes ejemplares desde hace unos dos mil quinientos años y es…. astucia: que el valor que atesoras se oriente por tu conveniencia y por la mejor salida. «Jon, te quedaste sin gasolina!». ¿Será la última vez?.

  2. Respecto al 17 ningún comentario, se comenta él sólo.

    En cuanto a lo del 11, querer echarle el muerto al caddie por no haberle apoyado a muerte lo veo un poco demasiado. Fue un error de Rahm jugarse ese golpe, no pongamos paños calientes.

  3. Respetando vuestra opinión, como siempre, opino que el caddie hizo bien su trabajo de trasladar lo que él creía era la mejor opción y de reprocharle algo, sería que lo que debería haber hecho es conseguir convencerle de alguna manera, con una visión diferente, de que era la mejor opción no arriesgar

    Cambiar de parecer de repente no sería de buen profesional, sino que a mi modo de ver puede generar hasta dudas

    Dicho esto, seguro que apoyó la última decisión de Jon a modo de ánimo

    Gracias por vuestro trabajo, siempre estáis ahi

    Saludos

  4. Realmente sorprendente tu artículo, David. Al final resulta que el caddie de Jon es culpable de no haberle apoyado en una decisión suicida. Sorprende ver como los periodistas españoles justificais y amparais hasta límites insospechados las decisiones, actitudes y resultados de los jugadores españoles. Está muy bien darles todo el apoyo pero perder el mínimo criterio de objetividad me parece mal.
    Como ejemplo, basta decir que en golf.com hoy hablan de «terrible decisión», «error que aniquiló el torneo», «intentó un golpe heroico». La moraleja es que «no necesitas pegar un golpe heroico para ganar. Algunas veces, jugar bien significa ganar feo». Aún así, en dicha revista alaban el carácter de Jon y la capacidad de aprender y mejorar.
    En match play habría tenido toda la justificación. En medal play, yendo primero en el hoyo 11, la decisión no hay por donde cogerla.

  5. No se si esa era la intención a la hora de escribir el artículo, pero coincido con alguno de las opiniones que no me resulta justo lo que parece decir de Hayes. Creo que hizo lo que tenía que hacer y si Jon al final tenía cualquier tipo de duda ya sabemos que pasa cuando no hay un compromiso total con el golpe. De todas formas creo que se está hablando demasiado de este golpe: ganar o perder un torneo es una suma de situaciones y el tripateo en el creen del uno o los drivers erráticos tienen la misma importancia que lo sucedido en el 11. Dos cosas si me parecen claras y quizás estén relacionadas:

    1.En general la televisión americana no tiene a Jon en buena consideración: fue necesario ponerse líder en solitario el sábado para que por fin enfocar con siglos de retraso su putt de eagle en el 11 y no llegamos a ver ni una miserable repeticion del sensacional segundo golpe en ese hoyo.

    2. Jon parece ir por muy buen camino en el control externo de sus emociones. El domingo pudo explotar en varias ocasiones y se mantuvo en una linea correcta. Y porque pienso que ambos aspectos están relacionados? La televisión americana es bastante reacia a mostrar ciertas reacciones y esa una de las posibles causas de que nos pongan los torneos enlatados, semidiferidos y «censurados». De hecho el año pasado se recibieron 5 quejas de televidentes americanos por uso inapropiado del lenguaje. Como ejemplo a cierto jugador americano que recientemente se ha incorporado al circuito europeo le pillaron diciendo «shit» tras pegar un «casi innombrable». Y en ese aspecto desgraciadamente dos jugadores españoles que todos sabemos no tienen precisamente muy buena reputación.

  6. Una vez tomada la decisión, ¡a muerte con ella! arrostrando las consecuencias, eso sí, si no se tiene mente fría y eso puede llevar a no coger una calle en el resto del torneo, la decisión es un error, se mire por donde se mire, pero…de todo se aprende.

  7. Hacía varios torneos que no disfrutaba como lo hice en The Players gracias a Jon Rahm. No me pude creer la decisión que tomó Rahm, en contra de la recomendación de su caddie, y romper del todo la opción de triunfar rotundamente en un major. La inteligencia debe dominar al corazón, la estrategia y la táctica son prioritarias al instinto y en este caso fue a la inversa.
    Esta lección debe tenerla Rahm bien presente en su carrera, y le dará grandes triunfos y la gloria eterna, no tengo dudas, porque lo demás lo tiene. Es un genio.

  8. Jon cree que es mejor jugador de lo que realmente es. Ése es su único defecto; exactamente el mismo que tenía Sergio García al inicio de su carrera.

    • Creerse bueno no es ningún defecto.Ni siquiera creerse el mejor. Ser atrevido tampoco. Lo importante es respetar quién eres y respetar a tus compañeros. Tiene toda una carrera por delante y no creo que tarde tanto como Sergio en ganar un Mayor.

  9. No me ha gustado el artículo, poniendo el acento en el caddie que creo se posicionó correctamente y Jon tiró por la borda cualquier opción de ganar.
    Mala decisión, porque creo que todos veíamos un golpe imposible, desde nuestro televisor, coincidíamos con la apreciación del caddie. Fiar un torneo como The players a un hipotético golpe maestro, fue una «boutade» del jugador, cuando todavía mantení, creo que el co-liderato + 7 hoyos por jugar y con posibilidades de hacer 4 en el hoyo.
    Me ratifico en el comentario anterior que la decisión, no había por donde cogerla.

  10. «El caddie le puso la mano en la espalda»
    La verdad nunca había visto a un caddie tan… delicado? Pero Adam Hayes estaba actuando como un zapador. Estaba desctivando una bomba, no lo consiguió, y la bomba explotó.Bola al agua.
    Y esa fue la batalla que provocó perder la guerra.
    Sergio González

  11. Se habla mucho del hoyo 11, pero el riesgo que estaba asumiendo era solo de un golpe, pues si tiraba corto era la diferencia entre hacer 5 o 6. Así que en mi opinión era algo planteable. Cometió fallos más costosos que ese. Y por cierto, llegar al domingo líder con -15 no se consigue sin asumir riegos. Aúpa Jon, el masters pinta bien

  12. coincido con todos, la decisión es un error que más le vale que consiga corregir porque de otra forma no le veo ganando un grande. Dicho esto, coincido especialmente con Pedro, creo que Jon cree que es mejor jugador de lo que realmente es y eso hay que aprenderlo para poder ajustar tu juego a tus posibilidades.

  13. Conozco personalmente a ambos, Adam y a John y estoy seguro que la conociendo la arrogancia de John, Adam decidió no insistir más en que cambiara de opinión.
    John es un gran jugador, pero su carácter le hará perder muchos torneos.. y ojalá me equivoque…

  14. Ulises
    ¿Cómo saber sin esos dos resultados fatídicos en los hoyos 11 y 17, ganaría el torneo?, ¿quién lee o conoce el futuro?
    Admitamos, Ram se sobrevalúo.

  15. Me parece un articulo lamentable,el error de jon está claro,y este de david también,espero que los 2 aprendan.

  16. Llevo 30 años jugando y viendo golf en directo o en la TV, es de las primeras veces que el caddie, agarra del hombro a su jugador, con toda la buena intención del mundo, para aconsejarle otra jugada más sensata que la que pretendía hacer. Si le hubiese hecho caso podía haber salvado el par, un birdie o un bogey. Ya nunca lo sabremos.
    Lo que sí que vimos fue un fallo del jugador que iba de líder y luego las prisas por recuperarse, le hicieron perder el control y ya está.
    Disfrutamos un montón gracias q Jon R., y lo que nos queda.
    Pero también ganó un gran Rory y que era difícil estar a su nivel.
    Ni hay que darle más vueltas.

  17. No creo que se deba echar culpa alguna al caddie. Lo hizo muy bien, expresó e insistió en su opinión, pasó la mano al hombro y se retiró. Impecable. El jefe decide, y decidió. Ya está. Después vinieron otros golpes, todos condicionados. Ya está. Y Jon ya aprendió. Eso es lo que va forjando a un jugador. Nada más, poco a poco y sin correr.
    Sobre el gili del 17, nada que decir. Hay especímenes así en todas partes. No ya no escucharlos, ni siquiera oírlos.

  18. Estoy leyendo los comentarios y da la sensación de que muchos de ellos ni siquiera se han leído el artículo. Se puede estar de acuerdo o no, pero al menos, se trata de discutir de lo que se dice en el texto. Lo que yo leo es que David no pone en duda en ningún momento la profesionalidad de Adam. Es más, la califica de intachable, impecable y de manual. No hay crítica alguna.

    Después, introduce un matiz que no es ninguna locura. Se podrá estar de acuerdo o no, pero no es ninguna locura. Adam, mejor que nadie, conoce a Jon, y debe saber que si él ha visto el golpe y se le ha metido en la cabeza, va a ser difícil convencerle de lo contrario. En ese instante, puede tener el reflejo de apoyar a muerte la decisión. Más o menos, como «la verdad es que yo no lo veía, pero si alguien puede hacer este golpe, eres tú, y mucho más si lo ves». Tranquilamente se pone a hacer las cuentas, plantean el golpe de la mejor manera posible y mostrándole cien por cien que está convencido de que lo puede hacer, aunque obviamente sea arriesgado. Es sólo un matiz. No tiene más importancia que eso.

    También en ese momento, Jon tiene en la cabeza que la diferencia no va a ser tan grande. Se está haciendo una bola nieve de un grano de arena. Seguramente, sólo habría cambiado un golpe. No es ninguna locura lo que hace Jon. Tiro a green, si el golpe me sale (él aseguro a Golf Channel que habría pasado el agua nueve de cada diez veces) igual me dejo opción de eagle y soy un golpe de efecto al torneo. Si me voy al agua, todavía puedo salvar el par (tuvo una buena opción y casi la mete) y en el peor de los casos hago bogey. Sacándola a calle, en el mejor de los casos habría hecho birdie y lo más normal es par. La diferencia, por tanto, habría sido seguramente de un solo golpe.

    Es decir, el resultado del hoyo realmente no influyó tanto en el final de vuelta de Jon, no fue decisivo. Lo que sí puede ser que influyera es precisamente esa ‘discusión’ con Adam y la posible merma en la confianza para los hoyos siguientes. Yo pienso que si Adam hubiera apoyado a muerte ese golpe, justo después de haberle dicho que él no lo veía, seguramente el fallo no habría afectado nada (si es que afectó).

    Es mi opinión, y puedo estar equivocado. Lo que no puedo entender es que personas que no tienen el golf de Jon Rahm (O Tiger, o McIlroy, o Sergio, o Mickelson, o Dustin Johnson, o Justin Thomas) puedan decir de manera tan tajante que lo que hizo Jon es una locura… A ver si al final va a ser que hay algunos que lo infravaloran… Un saludo!!

    • Alejandro, respetando mucho tu opinión y desde luego no sitiéndome aludido por tus palabras te diré que no hay que ser Fernando Alonso para saber que alguien por un puerto de montaña yendo a 200 con su coche está haciendo una «locura». Lo probable, lo más probable (y el golf es un deporte de probabilidades y medias) es que con ese coche te salgas de la carretera. Eso es lo que pasó con el golpe del 11 de Jon. Y ya puede decir él a la TV que 9 de cada 10 las pone en green, evidentemente se va a justificar ya que le ha llevado la contraria a su caddie y no le ha salido bien. Era un golpe extremadamente arriesgado que no venía a cuento y que si te sale mal (lo más probable) te puede desestabilizar y obligarte a apretar en el resto de hoyos. Pudo hacer birdie sacándola a calle perfectamente y se fue con un bogey. Con 12 jugadores en 3 golpes no es el mejor escenario perder 2 golpes en un hoyo siendo el primero. Es tan sencillo como eso. Sigo sin entender cómo veis la actuación de Adam errónea ni conociendo a Jon y su carácter. Como se puede apreciar por los comentarios, somos unos cuantos los que no lo comprendemos y no sabemos ni más ni menos golf que nadie, tenemos nuestra opinión que evidentemente es distinta a la vuestra.

    • No creo que tener o no el golf que tienen Rahm (o Tiger, o McIlroy, o Sergio, o Mickelson…) sea lo más relevante para evaluar si un golpe es una locura. Lo que sí es relevante es la comparación de la decisión que toman esos fenómenos antes esa misma situación. Y puestos a comparar, mejor comparar con el mejor.

      Tiger ha dado infinidad de golpes majestuosos a lo largo de su carrera y nos ha sorprendido con recuperaciones imposibles en incontables ocasiones apoyado en una técnica exquisita y un juego corto prodigioso, pero si hay algo en lo que haya destacado muy por encima de sus competidores ha sido en su demoledora capacidad para embocar putts claves y en su mentalidad y control emocional. Dentro de la mentalidad y control emocional podríamos incluir la eficiencia gestionando el riesgo/recompensa.

      No es descabellado pensar que Tiger, después de haber recuperado el control de la vuelta y el torneo tras un inicio de jornada turbulento, hubiera concluido que las probabilidades de hacer bogey jugando al lay-up eran bajas y que mantenerse en cabeza teniendo hoyos de birdie por delante tiene más valor respecto a la situación que te lleva más veces al bogie/birdie.

      Reconozco que es un poco presuntuoso poner estos pensamientos en la cabeza de Tiger aunque no es descartable que se guíe por razonamientos similares. En cualquier caso, me parece importar destacar un par de cosas:
      1- me parece una frivolidad por parte de Rahm decir que 9 de 10 veces hubiera puesto la bola en green ya que básicamente está diciendo que pegar un hook desde un bunker a 220 yardas de un green protegido por agua y bunkers a la derecha es un golpe trivial.
      2- está muy bien ser valiente, no arrugarse y tener todo este tipo de comportamientos o actitudes heroicas que hacen que le otorguen a uno la vitola de gran campeón, pero lo que diferencia a los grandes campeones es su capacidad para ganar a pesar de no estar desplegando su mejor juego.

      Yo no conozco de nada al bueno de Jon Rahm y no sé si valoró las posibles consecuencias negativas que podría acarrear el hecho de pifiarla, pero me da la sensación de que ahí radica el error de Rahm, el no haber contemplado el potencial efecto desestabilizador que podría conllevar cometer un bogie y ponerse uno por debajo a falta de 7 y volver a sentir urgencias y ansiedad.

      Lo bueno que cabe esperar de todo esto es que Jon parece ser un tipo que sabe aprender de los errores así que esperemos que le sirva de cara a las importantes citas que se avecinan en los próximos meses.

    • Excelente artículo, porque entra en campo peligroso porque se sale del análisis obvio pero que es muy necesario en el periodismo de alto nivel, a riesgo de ponerte en contra a la mayoría de lectores. Y a la vista de la mayoría de las reacciones que critican el artículo lo ha conseguido.
      Excelente opinión también de Alejandro Rodriguez y de alguno otro más (Pablo, etc). Añadiría dos cosas más en esa línea:
      1) Ese golpe no fue determinante porque en el tee del 14 Jon era colider del torneo junto a McIlroy (ambos en -14 tras hacer birdie en el 13 Jon y McIlroy bogey en el 14)
      2) La televisión solo aporta una parte de la conversación, pero desde mi punto de vista entra justo en el momento en el que Jon ya había tomado la decisión y su caddie se la empieza a cuestionar. De hecho, lo primero que se ve es a Jon reaccionando a un comentario de su caddie y apartándose de la bola, como disgustado porque le ha cuestionado el golpe. Creo que en ese momento con buenos reflejos dices que sí y sale el golpe del torneo y la moral para afrontar los últimos hoyos y ganarlo.
      Aupa Jon

      • Totalmente de acuerdo. El articulista menciona la falta de reflejos del caddie, se refiere sólo a ese detalle. Y estoy de acuerdo. En nuestros trabajos, el mío al menos, se discrepa a menudo con los jefes durante la etapa de análisis y toma de decisión, pero cuando se decide algo, todos a remar sin dejarse nada en la cartera. A esos reflejos son a los que entiendo que se refiere David Durán, y es verdad que hay que saber en qué momento se ha terminado la fase de decisión y estamos en la de ejecución

  19. Leyendo todas las respuestas , poco queda que comentar.
    Yo resaltaría dos cosas 1 ) La inercia de la jornada hasta ese hoyo no era la más indicada para ejecutar el mejor golpe del mes. ( eso es lo que percibe el caddie )
    2) Riesgo/ Recompensa . El Porcentaje a favor de la Recompensa ( aún siendo un top ten) por debajo del 20%.
    Para mí el caddie esta de Diez.
    Jon , hay mucha competencia hay fuera. Si lo que buscas es resultados aprende la lección .
    Felicidades de todas maneras por lo que nos haces disfrutar.
    Un Abrazo

  20. La verdad, no entiendo el enfoque del artículo. Centrarlo en la actuación del caddie me parece desviar la clave de lo que sucedió, además de ser perjudicial para el propio jugador. La actuación del caddie fue impecable. No se puede sembrar esa duda. De hecho, en la vida había visto a un caddie agarrar por el hombro a un jugador y darle los consejos que fueran. Y lo hizo, simplemente, porque el golpe era suicida. La competencia que existe para ganar un torneo es extrema, nunca se había conocido. Y eso hace que cualquier error te aleje de la victoria.
    Es cierto que sólo perdió un golpe (ó, quién sabe, 2), pero es evidente que este hecho marcó el devenir de los siguientes hoyos. Quizás no hubiera ganado, pero hubiera estado muy cerca. Creo, sinceramente, que es el jugador quien tiene que sacar las conclusiones precisas de lo que sucedió, y nada más. Aprender y no hacerlo en el siguiente torneo. Es una virtud de los grandes campeones. Aurrera Jon!!!

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