Rory McIlroy ha salido tocado de esta primera serie de tres torneos a puerta cerrada, tras el largo parón obligado por la pandemia del Covid 19. Recordemos: el número 1 del mundo pasaba los tres cortes y terminaba 32º en el Charles Schwab, 41º en el Heritage y 11º en el Travelers, unos resultados que en ningún caso parecen desastrosos, pero que a él desde luego se le quedan muy cortos.
El primer gallo en cantar ha sido al que menos se esperaba
Tal y como ha declarado, se siente frustrado por una causa principal: cree que en momentos puntuales, aunque más numerosos de lo exigible, ha tomado muy malas decisiones en el campo. Por ejemplo, tratando en ocasiones de hacer más de lo que el sentido común y una estrategia razonable recomendaban.
Cabe preguntarse si este primer análisis es también un aviso amable -o una bofetada sin manos- a su caddie e íntimo amigo Harry Diamond. Sea como sea, parece que Rory y Harry tienen alguna charla pendiente…
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Aunque el jugador no lo relacione directamente, entre otras cosas porque no tiene la certeza, hay un mensaje subliminal en su análisis y una incógnita que necesita despejar: ¿están relacionados estos “errores estúpidos”, como él los llama, con el nuevo escenario de campos vacíos, sin público? ¿Le está costando más meterse en faena sin la presencia de la gente, sobre todo durante los fines de semana? Él ha notado, desde luego, que en las actuales y obligadas circunstancias su trayectoria en los torneos, e incluso durante cada una de las rondas, ha sido más de montaña rusa que otra cosa…
Si es así, necesita que Harry ande más pendiente de sujetar las riendas en momentos determinados, puesto que a día de hoy, después de casi tres años a los mandos de la bolsa (comenzó de modo regular en agosto de 2017), ya no se puede hablar de un caddie inexperto y recatado.
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Seamos aún más rotundos: si se tratara de otro jugador, casi podríamos estar hablando de un velado ultimátum al caddie. Pero ni a Rory le van los cambios en la bolsa (en los últimos once años sólo ha tenido a J. P. Fitzgerald y al propio Harry Diamond), ni tampoco parece que la sangre haya llegado al río. Veremos, no obstante, cómo evolucionan los acontecimientos.
Curiosamente, Rory ha confirmado que regresará en el Memorial, un torneo que de momento sigue programado como el primero en el que se abrirán las puertas al público. Sin embargo, el jugador no ha descartado volver una semana antes, en el Workday Charity Open, que al igual que el Memorial se disputa también en el Muirfield Golf Club.
