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Dustin Johnson gana el Travelers Championship con un golpe de margen sobre Kevin Streelman

El primer gallo en cantar ha sido al que menos se esperaba

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Dustin Johnson posa con el trofeo de campeón del Travelers Championship 2020.

Dustin Johnson (-19) ha ganado el Travelers Championship con una ronda final de 67 golpes. Es la victoria número 21 de su carrera en el PGA Tour. La primera después de 16 meses. Y encadena ya trece temporadas consecutivas ganando en el circuito americano. Las mismas que lleva en el Tour.

Uno de los grandes se hace un poquito más grande, aunque para ello ha tenido que sufrir de lo lindo. Su resoplido de alivio en el hoyo 18 después de pegar el segundo golpe y dejar la bola a unos cuatro metros para birdie es el fiel reflejo de lo que cuesta ganar te llames como te llames y seas quien seas. Seguro que en ese momento Johnson se acordó del periodista que le preguntó el sábado: «¿en algún momento te estresas en el campo?».

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De estrés ha ido sobrado el desenlace del torneo. DJ se fue del campo estresado cuando se detuvo el juego por tormenta eléctrica y regresó igual de estresado una hora después, cuando se pudo continuar y finalizar la contienda. Lo que pasó antes lo pueden ver aquí. A su regreso lo primero que hizo fue enviar su golpe de salida en el hoyo 16 al búnker. Y lo siguiente, una sacada muy pobre que acabó a nueve metros del hoyo. Claro, cayó el bogey y todo se apretó un poco más.

Kevin Streelman (-18) se colocaba a un golpe con dos hoyos por jugar, pero lo cierto es que le faltó instinto asesino. Ni en el 17 ni en el 18 se dejó opciones claras de birdie, como si la segunda plaza no fuera tan mal botín al fin y al cabo y esperando algún error más de Johnson. Un error que no se produciría.

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Jugó un hoyo 17 de libro para hacer par y sacó otro par muy tranquilo en el 18 después de pegar un drive marca de la casa. El más largo del día en esa calle por 14 metros de ventaja. Se dejó un segundo tiro de 80 metros y el resto es historia…

Victoria sufrida, pero victoria al fin y al cabo del gallo que menos se esperaba. Había interés por ver cómo regresaban los grandes espadas del golf mundial a la tarea tras tres meses de suspensión por el coronavirus. Se hacían apuestas sobre quién lograría la primera victoria, que si Rory McIlroy, que si Jon Rahm, quizá Justin Thomas, Bryson DeChambeau, Rickie Fowler o incluso Brooks Koepka, que tampoco estaba en su mejor momento. El que menos entraba en las quinielas era Dustin Johnson. No sólo porque cuando se paró el circuito atravesaba un momento muy malo, sino porque además se le vio muy errático en el bolo benéfico con Rory McIlroy y, además, falló el corte en el Charles Schwab Challenge, el primer torneo de la nueva era.

Pues sí, parece que Dustin Johnson siente y padece…

Ni siquiera el jueves por la noche contaba nadie con él, después de hacer 69 golpes y arrancar el torneo con un parcial de +1 en los primeros 12 hoyos. Es más, el viernes necesitaba una gran vuelta para meterse en el corte. Fue ahí donde despertó la fiera dormida. Hizo 64 golpes el segundo día y la mejor vuelta de su vida el sábado con 61 golpes. Madre mía, quién lo habría predicho apenas unas horas antes… Ni siquiera le ha pegado muy bien al driver durante toda la semana, pero la estrategia conservadora de los híbridos para muchas salidas y un putter que ha echado fuego ha sido arsenal suficiente.

 

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Pero así es el golf y así son los súper clases como Dustin Johnson. Siempre hay que contar con ellos. Siempre hay que esperarlos. Siempre hay que creer que son capaces de hacerlo. Aunque al final sufran y se estresen como todo hijo de vecino.

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