Inicio Blogs David Durán Dos claves del ‘nuevo’ Morikawa que ha arrasado en Japón

Dos claves del ‘nuevo’ Morikawa que ha arrasado en Japón

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Collin Morikawa posa con los trofeos de ganador de la Race to Dubai y del DP World Tour Championship 2021. © Golffile | Eoin Clarke
Collin Morikawa posa con los trofeos de ganador de la Race to Dubai y del DP World Tour Championship 2021. © Golffile | Eoin Clarke

Dos horas y media en el putting green, buscando la manera de entender mejor los greenes del Accordia Golf Narashino Country Club. Dos horas y media, después de haber jugado el Pro-Am, junto a su caddie, Jonathan Jakovac, J. J. para los amigos, tratando ambos de encontrar una sensación que le diera al jugador más confianza con el putter en las manos…

Y algo encontraron. Lo que fuera que buscaban, lo encontraron. “Encontramos algo y ahora vamos a tratar de mantenerlo…”, explicaba el jugador con una sonrisa de oreja a oreja en la rueda de prensa del ganador del ZOZO Championship. Como para no tratar de mantenerlo…

Porque, en efecto, Collin terminaría ganando el torneo, acabando de paso con una sequía de triunfos que se iba ya a los 23 meses, desde que ganara la Final de Dubai del circuito europeo en noviembre de 2021. Ah, por cierto, el californiano aparecía al final de los 72 hoyos como el segundo mejor jugador en la estadística de putts por greenes en regulación…

Esta es una de las claves de su triunfo. Nada que por otro lado sorprenda demasiado: cualquiera que siga el PGA Tour se ha podido dar cuenta de que Morikawa suele estar arriba cuando patea medianamente bien. Pero habrá que ver hasta dónde llega aquello que él y J. J. encontraron en un putting green nipón. La historieta es redonda, siendo Japón la tierra de buena parte de sus ancestros…

Pero existe seguramente otra clave más profunda del retorno triunfante de Morikawa. Por más que uno trate de darle normalidad, a un jugador como él, tan exitoso desde su irrupción en el mundo profesional, se le hace difícil digerir eso de llevar casi dos años sin llevarse una victoria a la boca. Asi que Collin y su equipo, después de los últimos play offs de la Fedex Cup, trataron de “dar dos pasos hacia atrás y realmente volver a entender la base de lo que me hizo un jugador tan sólido, digamos que en los años 2019, 20 y 21. A veces tienes que volver a entender desde un nivel muy básico por qué tu juego funciona”, explicaba. O lo que es lo mismo: recuperar tu verdadera identidad en el campo, aquella con la que te sientes seguro y confiado.

¿Y cuál es ese nivel tan básico, esa identidad, en el caso de Morikawa? El jugador y su equipo llegaron a una conclusión muy simple: el éxito de Collin había llegado fundamentalmente a través de la parcela en la que realmente está por encima del resto: el juego con los hierros. A veces, con la sana intención de mejorar, un jugador pierde el enfoque correcto. Es una cuestión muy sutil, porque en realidad Morikawa ha seguido siendo durante estos dos años de sequía uno de los mejores con los hierros en las manos, pero el hecho de tratar de ser un jugador más completo en otras parcelas lo ha llevado a un punto más de incomodidad, de frustración, de desconfianza… Sólo un puntito, pero quizá lo suficiente como para perder terreno.

Lo ha explicado de un modo gráfico el jugador. “Cuando fallé el tiro en el hoyo 5 de la última ronda, par 3, J. J. me dijo: vaya, has roto la racha… Y es que llevaba cuatro birdies consecutivos en pares 3, contando con la ronda anterior. He sentido los hierros realmente bien y esa ha sido mi fuerza. Incluso en los peores momentos, cuando no le estaba pegando muy bien a la bola, los hierros demostraron ser lo único en lo que podía confiar”.

Dos horas lúcidas en un putting green y un reseteo en busca de esa identidad como jugador en la que uno se siente más cómodo… Suena sencillo, pero por desgracia no lo es.

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