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El cazador, cazado

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Faltan 519 días… (Diario de un Gentil desde Dubai)

Salgo al campo con una misión: cazar un aprochito de Jason Palmer a una mano. Para ello tiene que ocurrir por fuerza que el jugador deje de coger algún green en regulación, así que marcho por el pasto con el obscuro y secreto deseo a cuestas de encontrarme con un error del inglés. Que Bobby Jones me perdone.

Ha salido en el primer partido del día, junto a Moritz Lampert, que viene rompiendo el campo a birdies. Voy a seguirlos cuatro hoyos, del 6 al 9. En el primero de la tanda, nada: green en regulación de Palmer. Tiene unos modos que recuedan ligeramente a los de Keegan Bradley. O mejor, los del norteamericano recuerdan a Palmer, que al fin y al cabo es mayor (acaba de cumplir los treinta): esa agitación antes de cuadrarse definitivamente ante la bola, aunque la rutina de Bradley es mucho más exagerada, espasmódica y, al fin y al cabo, lenta.

En el segundo hoyo, un par 3, Palmer no coge green… Pero decide patear desde fuera. Agua. En el tercero de la tanda, un par 5 (hoyo 8), hay más posibilidades… Pero el inglés caza limpiamente el green de dos y patea para eagle desde unos cuatro metros. Esto me pasa por ser mala persona…

En el último de la serie que pretendo completar, el hoyo 9, el bueno de Palmer se marcha al agua de segundo tiro. Tiene que dropar y aprochar desde unos veinte metros. Está bien, señor reportero: ahí tienes tu video en bandeja. Pero no. Palmer se cuadra muy serio y aprocha con las dos manos, como mandan los cánones. Quizá tenía la bola demasiado hundida en el rough y temió no sacarla a una mano…

O quizá adivinó mis intenciones. Sea como sea, el cazador ha resultado cazado.

Para los que se hayan quedado con la miel en los labios…