Cristiano Ronaldo está triste. Vaya.
La verdadera tragedia de la vida de este muchacho es que, más allá de lo estrictamente profesional, a nadie le importan un comino sus penas.
Vamos llegando todos a la conclusión, creo, de que la dimensión de su figura sólo se mide por el número de goles que anota. Lo que, siendo mucho, termina por ser muy poco.