Es Liceranzu y Sarabia. Puyol e Iniesta. Es Djalminha y Mauro Silva en uno. Tiene la osadía de Raúl y la fe del Athletic de Clemente. Brama o se frota los ojos como un niño y en ningún caso deja indiferente.
Puede andar vivo y despierto como Villa o cegarse de pura ira como Stoichkov, disfrutar como Ronaldinho o ir al límite, como el Cholo.
Cuando Jon mira hacia dentro
Se faja como Pinone y también vuela como Wilkins.
Te tiene en vilo y te toca la fibra con diferentes teclas. Percute como un ariete, es roca y agua (be water my friend).
Jon Rahm es definitivamente un buen plan de domingo.