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La trascendencia de lo intrascendente

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Arnold Palmer.
Arnold Palmer.

Rory McIlroy había ganado su último torneo, el TOUR Championship, el 25 de septiembre de 2016, el mismo día en el que Arnold Palmer falleció. Casi 18 meses después ha vuelto a ganar y lo ha hecho precisamente en el Arnold Palmer Invitational. En aquella ocasión la celebración del doble triunfo (ganó el torneo y la FedEx Cup) fue incompleta, porque realmente Palmer se hacía querer y era muy respetado por todos, pero de alguna manera el Rey y Rory lo han puesto todo en su sitio y han cerrado este caprichoso círculo del golf y la vida. No es desde luego un hecho o una coincidencia trascendente, pero tiene magia.

Palmer había elegido pescado y, a su vez, le pidió al camarero salsa A.1 para acompañarlo

Aquel año 2016 el norirlandés también había jugado en Bay Hill y quedó aquella semana para cenar con Arnold Palmer. Ayer, rememorando la cita, McIlroy destacaba a bote pronto una anécdota sin aparente trascendencia y, sobre todo, muy divertida. Palmer había elegido pescado y, a su vez, le pidió al camarero salsa A.1 para acompañarlo. Como quiera que esta salsa, tan popular en Estados Unidos, se utiliza fundamentalmente para condimentar la carne, sobre todo en las clásicas barbacoas, al empleado le pareció extraño y le preguntó con delicadeza: “¿salsa A.1 para su pescado, señor Palmer?”, a lo que El Rey respondió: “no, para mí”.

Discos reparados, nervios aliviados… Y algo más

Es otra lección de vida: hay que reírse más y mejor, eso que nos llevamos

Quién sabe qué leyes y principios fundamentales del golf se trataron y diseccionaron en aquellas dos horas de reunión, porque ese fue el tiempo que pasaron juntos apenas meses antes de la muerte del mito. Pero dos años después, quedaba sobre todo la risa en el recuerdo del joven jugador. Es otra lección de vida: hay que reírse más y mejor, eso que nos llevamos. La trascendencia de lo intrascendente.