Tengo que reconocer que siento una especial debilidad por el ‘Pigu’ Romero, ese argentino de Tucumán que irrumpió en el circuito Europeo a hachazo limpio. Me resulta impresionante que un tipo con sus hechuras pueda romper la bola de una forma tan descomunal…
Es cierto que es menos pequeño de lo que puede parecer por televisión, ya que mide 1,78, pero aun así sorprende. He tenido la oportunidad de conocerlo y hablar unos minutos con él y su sencillez te conquista desde el primer minuto. Se le ve humilde, simpático, algo tímido y encantador. Toda la agresividad con la que se desempeña en en el campo se convierte en una amable serenidad cuando guarda la bolsa de palos.
Su familia lo acompaña allá por donde va y provoca una especial ternura observar cómo se le cae la baba a su madre mientras, apoyada en la valla, lo observa pegando bolazos desde el tee de prácticas. Pega a una bola, sonríe y habla por el móvil. Es capaz inlcuso de hacer un swing con el móvil pegado a la oreja.
El gran ‘Pigu’ acaba de debutar en el circuito Americano esta temporada. Ha jugado el FBR Open y se ha quedado fuera del corte, después de una buena primera vuelta y un segundo día errático. Aún así, es feliz. “Siempre soñé con ingresar al PGA Tour, pero nunca pensé que se me iba a dar tan rápido. Por suerte, el año pasado jugué muy bien y hoy estoy acá”, explicó.
Mi debilidad se convierte en devoción cuando veo que ha compartido unos minutos en Arizona con su buen amigo Manu Ginóbili, otra de mis debilidades. Coincidieron, ya que el baloncestista había jugado en Arizona contra Phoenix Suns. Son dos cracks.
Ginóbili ha metido Argentina en vena en la NBA. Los aficionados de San Antonio ‘flipan’ con ‘el Manu’. Tiene carácter, gran defensor y anota cuando el equipo lo necesita. Uno de esos tipos grandes que rompen fronteras y hacen patria. Que abren la autopista para que otros, léase Nocioni, Oberto… se cuelen en el Hollywood del baloncesto. Ginóbili es otro 'bajito', aunque claro, en su deporte, porque fuera de las pistas da miedo…
Eso decía Romero de Ginóbili: "Es increíble cómo Manu anota en los momentos clave del partido".
Ángel Cabrera ha abierto la veda en Argentina con el US Open. Pero a mí me da que que la gran brecha la va a abrir Andrés Romero. Es una impresión y puedo equivocarme, pero me da a mí que el Pigu va a marcar una época. Tiene 26 años y ya ha ganado el Deutsche Open y tuvo una fantástica actuación en el British.
Vean, si no, cuáles son sus objetivos para este año: “Quiero ganar algún torneo, pero lo que más me motiva es jugar bien los Grand Slam, que finalmente son los que te dan prestigio”.
