Inicio Blogs El Arreglapiques La misión ¿imposible? de Mickelson

La misión ¿imposible? de Mickelson

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El 13 de abril de 1997 un irreverente jovencito de nombre Tiger Woods saltaba 30 puestos en el ránking mundial de golf después de su soberbia victoria en el Masters de Augusta…

El primer major ya estaba en el bolsillo y se colocaba en el tercer escalón del planeta, sólo por detrás de Greg Norman y Tom Lehman. Aquel lunes de abril de hace 14 años, Woods superaba por primera vez en el ránking a Phil Mickelson, la otra gran estrella emergente del golf estadounidense. Desde entonces, siempre ha sido así. Tiger por delante y Phil por detrás. Han pasado más de 700 semanas.

Mickelson tiró por la borda el domingo en Bay Hill una nueva oportunidad para desbancar a Tiger Woods, eso sí, de la quinta plaza. Tenía que acabar entre los siete primeros y marchaba por buen camino hasta que un feo final con tres bogeys en cinco hoyos lo hundía en la clasificación. Otra oportunidad al limbo, y van más de 15 desde que ganó el Masters del año pasado y Tiger se colocó a tiro.

‘Lefty’ tiene esta semana una nueva oportunidad de superar a Woods y llegar al Masters de Augusta como la primera referencia norteamericana en el ránking mundial. Para jugadores de la talla de estos dos, esta lucha por la quinta plaza es bastante anecdótica, pero lo cierto es que está cargada de simbolismo en un país cuyos aficionados también se dividen en mucho casos entre ‘tigerianos’ y ‘mickelsonistas’.

Tiger no participa en el Shell Houston Open, torneo que comienza el jueves con, entre otros, José María Olazábal en el cartel. Mickelson sí juega y le valdría con acabar en el top ten para limar las ocho décimas que les separan. Por si acaso, el bueno de Phil ya se ha apresurado a quitarse presión de encima. “No juego en Houston para competir, sino para preparar el Masters. No voy a jugar estratégicamente el recorrido para obtener un buen resultado, sino que practicaré los golpes de Augusta. Houston es un campo donde no siempre puedes pegar el drive y donde el viento te obliga a pegar golpes bajos en muchas ocasiones. Yo voy a jugar el drive y voy a pegar golpes altos como si estuviera en Augusta”, explica.

Con semejante declaración de intenciones, todo apunta a que pasará una semana más en la que Tiger no podrá ser superado por Mickelson. ¿Será en Augusta? A Mickelson le encantaría. “La diferencia entre Tiger y yo es que él es mucho más estable y consistente y yo tengo muchos altibajos. Necesito la adrenalina para sacar mi mejor rendimiento”, declaró esta semana a la revista Parade. Augusta es el escenario ideal para que fluya esta adrenalina extra.

Por cierto, Tiger llegará a Augusta después de 20 torneos consecutivos sin ganar. Habrán pasado (hoy se cumplen 499) más de 500 días sin saborear el triunfo. Y aún así, es el favorito en las apuestas…