Han sido muchas las recaídas de Tiger Woods en sus lesiones, hasta el punto de que últimamente se está poniendo en duda de si es algo meramente físico o sí la mente está jugando un papel crucial.
Sabemos que el estrés aumenta la probabilidad de lesionarse físicamente y Tiger no ha estado exento de situaciones personales duras en los últimos años que han afectado a su estado de ánimo y también a su cuerpo. No obstante, su última retirada ha despertado sospechas entre los aficionados, y algunos incluso vio rasgos en su actitud similares a los de los «malingerers«, deportistas que tienden a exagerar o fingir un dolor físico con la finalidad de excusar su mala participación en la competición.
Hay que tener en cuenta que las lesiones, además del dolor y molestias suelen venir acompañados inevitablemente de síntomas de tristeza e irritabilidad difíciles de gestionar. A ello hay que añadirle la inseguridad que se genera en el deportista ante la falta de entreno, donde su técnica puede verse afectada.
Todo ello genera una falta de autoconfianza que puede afectar negativamente a la motivación, provocan comportamientos tipo «malingerers», que sirven para justificar un bajo rendimiento, encubrir la falta de ganas para competir, no defraudar las expectativas de aficionados y entorno cercano o evitar perder patrocinadores.
Recuperarse de una lesión requiere de mucho tiempo y esfuerzo, y lo ideal es contar con un equipo multidisciplinar entre los que la figura del psicólogo se hace imprescindible, ya que sabemos que mantener un estado de ánimo positivo durante la lesión ayuda a una pronta recuperación. Entre las distintas técnicas psicológicas de las que se puede valer un deportista hay tres que fundamentales:
Relajación: Es fundamental buscar un estado relajado para tener un mayor control del nivel de activación y evitar el estrés. Por ello, practicar técnicas de relajación diaria e incluso la meditación, pueden ser herramientas fundamentales para soportar el dolor, mejorar la recuperación e incluso mantener la calma en la reincorporación a la competición.
Visualización: Se trata de imaginar vívidamente y con detalle las sensaciones que se quieren lograr. Visualizar la correcta ejecución de la zona afectada como si fuera real ayuda a controlar variables fisiológicas y psicológicas, mejora la concentración, el establecimiento de metas, aumenta la confianza, el optimismo e incluso puede ayudar a recortar el tiempo de recuperación.
Parada de Pensamientos: Sabemos que pensar de forma positiva favorece la recuperación del afectado. Es cierto que es difícil ser positivo cuando se tiene una lesión, pero sí puede elegir pensar de una forma más útil. Ante la presencia de pensamientos perturbadores hay que preguntarse si pensar así ayuda en algo en la recuperación. Es fundamental aprender a identificar esos pensamientos negativos y sustituirlos por otros que ayuden a aumentar la motivación y mantener el esfuerzo. No hay que olvidar que el mayor apoyo es el que se da uno mismo.
Rocío Pomares
Psicóloga del Deporte y la Salud
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