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Estrella Damm Andalucía Masters | La contracrónica de Juan de la Huerga

Hidalguías de ayer y hoy

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Ángel Hidalgo
Ángel Hidalgo, durante la segunda ronda en Valderrama. (© Golffile | Malcolm Mackenzie)

Vayan por delante las disculpas por integrarme un día tarde al equipo de Tengolf. Iba a decir que por causas ajenas, pero no han podido ser más propias: problemas en las cervicales me tuvieron en el dique seco el jueves y mis ávidos y selectos lectores se quedaron sin mis perspicaces comentarios de la jornada inaugural del Estrella Damm Andalucía Masters. He tirado de hidalguía (generosidad y nobleza de ánimo) y, mayormente, de un relajante muscular para engancharme al segundo día y menuda suerte la mía.

Para hidalguía, la de don Ángel Hidalgo. Como a los toros bravos, le entró con respeto al miura de Valderrama, sin feeling, “echándola hacia delante con el drive”, y salió por la puerta grande del coso de Sotogrande con el récord del torneo (63) y a uno de la plusmarca absoluta que fijó un morlaco de la categoría de Langer (62) cuando el par del campo estaba en 72, no en 71 como ahora.

El golfista malagueño ha demostrado que con el putter echando fuego y sin dar los castañazos de DeChambeau puede uno dejar su muesca, pedazo de muesca, en el mejor campo de la Europa continental. Con nueve menos le quedan 36 hoyos para pelear por la victoria con un primer espada como Min Woo Lee a la vera y, sobre todo, la tarjeta en juego. Hidalguía necesitará para no ver los alcornoques como molinos de viento este menudo jugador que cabalga a lomos de su putter, alias Rocinante.

Si por la mañana hubo paseo con el profesor Alejandro Rodríguez, y salió bien la mano por seguir la hidalga rueda, por la tarde tocó ir de la mano del catedrático David Durán, que lo mismo se acuerda de una anécdota de Miguel Ángel Jiménez en el US Open de no sé cuándo que saluda a un señor de cuyo nombre no puede acordarse. Tan obsesionados estamos con no gafar a los españoles, que empezamos con mucho tiento y calladitos siguiendo a Sebas García Rodríguez (y no lo hicimos, pero se nos pasó por el tarro echarle un ojo a Adrián Otaegui). Si bendecimos en los maitines a Hidalgo, tampoco le fue mal al madrileño. Segunda ronda consecutiva bajo par, en el Top 5 de la general, y protagonista de unos golpes imposibles, como un aprochito a 30 metros de la bandera del 4, fuera totalmente de posición, pegadito al tee del 5, y sacó un globo de fantasía para luego coronar la hazaña con un birdie. El cabreo final por el bogey del 8 (su decimoséptimo hoyo de la ronda) y por la salida del 9 se le pasará después de la ducha.

La ausencia de Rahm ha mermado mucho, al menos hoy, la afluencia de público, pero desde esta página imploro a que la gente se anime mañana y el domingo porque el campo está de dulce y quedan jugadores de mucho potencial, unos cuantos de ellos jugándose las habichuelas para la próxima temporada. Y aunque Matt Fitzpatrick se haya ido a casa, aunque el local Álvaro Quirós o el ‘cumpleañero’ Alejandro Cañizares tampoco sigan en liza y pese a que mi admirado Kiradech Aphibarnrat no haya podido levantarse del sopapo del jueves en el 17 (hizo 11 tras visitar cuatro veces el agua) queda mucha tela por cortar. Y malandrines (hoyos) que derrotar, que diría el hidalgo Alonso Quijano.